Cuando Luke te invita a su casa a ver alguna película, ves pelis de verdad. Pasas un buen rato viéndola elegirla y, cuando se acuesta a tu lado, te acurrucas junto a él. No dirías que es divertido una noche así, más bien tierna.
Cuando se te cierran los ojos, Luke susurra en tu oído:
- No te duermas, bebé.
Pero acabas te acabas durmiendo porque su mano acariciando tu brazo es demasiado relajante.