Viste su cara de alegría al entrar en casa y supiste que fue la mejor idea que habías tenido jamás.
Conseguiste reunir a todos sus amigos, conocidos y familiares en tu apartamento. Todos, un tanto apretados, gritaron su nombre entre gritos y abrazos, y Michael se mostró terriblemente feliz. No se esperaba para nada que fueses a hacerle una fiesta sorpresa. El montón de comida basura de la esquina, los regalos del centro de la sala, la música de fondo, el decorado,... Le encantó. Y a ti te encantó verle tan feliz.
Sin embargo, Michael se dedicó todo su cumpleaños a llevarte de la mano por la casa, presentándote a todos sus amigos y familiares.
- ¡Hola! ¿Conoces a mi novia?- decía.- Es maravillosa y guapísimo. ¡Ni se te ocurra quitármela!