Sentiste el golpe, frío y, seguidamente, te diste cuenta de lo que acababa de estamparse contra tu camisa nueva. Miraste hacia abajo incrédula, asqueada y con ganas de gritar a tu amiga; la cual acababa de tropezarse.
- No puede ser. - murmuraste, por no gritar.
Tu camisa nueva estaba empapada en una líquido espeso que llamaban sopa. El olor que desprendía era tan nauseabundo que tuviste que aguantar la respiración.
La cafetería estaba congelada, todos observándote. Probablemente esperaban una pelea en directo.
Tu amiga te miró avergonzada, tan asqueada como tú.
- Que asco, tía. - te quejaste.
Dejaste la bandeja con la comida en la mesa y corriste fuera, buscando el baño femenino. El asco que sentías estaba tapando la gran vergüenza. Una vez ahí, te quitaste la camisa rapidamente, sin pensar si quiera en si había alguien en alguno de los cubículos. Lavaste a mano la mancha que amenzaba el hermoso color de la prenda y te sentaste en el suelo, apoyada contra el lavamanos.
- Oye.
Levantaste la vista, agradeciendo que te hubieras tapado con la bufanda.
Luke estaba delante tuya, con una camisa suya entre sus manos. Te sonrió, te la tiró y se marchó.
Antes de poder desaparecer, oíste:
- Me debes una cita.
El grupo se formará en dos días, cuando más gente haya tenido la oportunidad de mandarme su número de teléfono ♤♤♤
Un saludo.
Pasaos por mis otras novelas ♡
Aleave
