Escuchas la llave y te tiras a la cama, tal y como habías planeado.
Tras dos semanas sin ver a Luke, te mueres de ganas de abrazarlo, besarlo, hablar con él y mirarlo dormir. Solo de pensar que volverás a tenerlo a tu lado en la cama, sonríes.
¿Por qué lo echas tanto de menos siempre?
Escuchas su voz y te haces la dormida.
-Hola, nieve-saluda a tu gato, entrando en el piso.
Estás tan emocionada por verle que te tiembla el labio.
De pronto, y provocando que tus ojos se abran de golpe, escuchas la voz de Michael.
- Me encanta su piso, de verdad.- comenta entre risas.- Es precioso.
- Y acogedor.- añade Calum.
- Y eso que no has visto la terraza.- dice Luke, riéndose por algún motivo.- ¡Ashton, no toques eso!
En cuestión de segundos, algo cae al suelo y se hace añicos. Uno de los chicos comienza a reírse sin parar, mientras otro enciende la televisión a todo volumen. Luke, por su parte, no para de echarle la bronca a Calum por haber dado de comer al gato comida de perro.
No te lo puedes creer.
Llevas dos semanas sola, sin casi poder hablar con tu novio más de dos horas seguidas. Lo echabas tanto de menos que a veces eras incapaz de dormir sin sentir frío. La espera se te hacía eterna. Hoy decidiste no ir a la universidad para preparar la habitación, decorarla con pétalos, hacer un improvisado mural de fotografías y cocinar su comida favorita.
Después de todo lo que has hecho hoy... ¿No es capaz de venir solo? ¡Ni siquiera ha entrado en la habitación para saludarte! ¡No te ha dicho ni hola!
Alguien cuenta un chiste y todos se ríen escandalosamente.
Sales de la habitación con los puños apretados y entras al salón. Los chicos están tumbados en el suelo, recogiendo los pedazos de tu jarrón favorito. Michael, sin dejar de recoger, se arrastra por el suelo persiguiendo al gato.
- Luke.- murmuras, enfadada.
Sus ojos se cruzan con los tuyos y para de reírse.
- ¿Qué haces aquí?- te pregunta.
- Es mi casa.
Todos se quedan callados y fingen estar muy ocupados con los trozos de jarrón. La situación se ha puesto tan incómoda que hasta el gato ha huido.
- Pensé que estabas en clase.-te dice Luke, poniéndose de pie y acercándose a ti.
Estás tan enfadada que te tiemblan las manos.
- Ya lo entiendo todo.- dices, apartándote para que no te abrace.- Aprovechas que no estoy yo para venir con tus amiguitos y destrozarme la casa. ¡Eres un estúpido!
Los ojos de Luke se abren como platos y te miran con total confusión. Niega rápidamente y busca tu mano.
- No lo entiendes, pequeña.- se disculpa rápidamente, nervioso.- No es nada de eso.
- ¡Lárgate!
- ¿Qué?
- ¡He dicho que te largues de mi casa! Llevo esperando que llegases dos semanas y no eres capaz ni de venir tú solo para estar conmigo. ¡Lárgate y no vuelvas más!
Con la cara pálida, Luke mira a sus amigos, buscando apoyo. Ellos, sin embargo, están poniéndose en pie para irse lo antes posible.
- No es lo que parece.- se mete Calum.- En serio, deberías escuchar a Luke.
- ¡He dicho que os larguéis!
Sin decir ni una palabra, y bajo la atenta y triste mirada de Luke, los echas de tu casa, dando un portazo. Casi sin poder controlarte, corres hacia tu habitación y tiras toda la comida que habías cocinado para él. Rompes el mural de fotografías y tiras los pétalos por el váter.
Es el peor novio del mundo.
¿En qué estarías pensando al pensar que hoy tendrías un reencuentro precioso?
¡Hola! ¿Os ha gustado? Espero que sí. Tendría que estar estudiando pero me muero de sueño y prefiero escribir. ¡Me encanta escribir!
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¡Cuidaos!
Con cariño, Aleave
