Levantaste la vista del libro y lo miraste. Michael estaba sentado delante tuya, con los brazos cruzados y cara de perro. Tenía los ojos bien abiertos, moviéndose de un lado para otro.
- ¿A quién miras?- quisiste saber.
Pareció avergonzado cuando le pillaste. Se cruzó de hombros y comenzó a jugar con un bolígrafo. Sin entender nada, te diste la vuelta y encontraste a un grupo de chicos que estaban mirando tu espalda abierta. Hacía calor y habías decidido vestirte con una camisa con la espalda abierta.
- ¿Qué narices miráis?- les dijiste, quitándoles esa sonrisa de estúpidos.
Cuando volviste a la posición inicial y pretendiste seguir interesada en el libro que tenías delante, notaste que tu novio estaba incómodo sobre su asiento. Te miró nervioso y se levantó, sin decir palabra. Se dirigió hacia ti pero antes miró al grupo de chicos y gritó:
- ¡Volved a murmurar lo de antes y os parto la cara!
Antes de poder calmarlo, te besó.