Desde pequeña te han dicho que das patadas al dormir pero nunca te lo crees. No es hasta que escuchas llorar a Calum, cuando te das cuenta de que te mueves en sueño. Muchísimo.
- Pensándolo mejor, creo que dormiré en el suelo.- solloza.
Se acuesta en el suelo, sobre la alfombra, y te agarra la mano desde abajo. Sonríe y, en cuestión de segundos, se duerme.