En la época de exámenes, Luke compraría varios sabores de helados. Quedaría contigo en la biblioteca, en las mesas más alejadas, y se quejaría de lo mucho que hay que estudiar. Tú le mandarías a callar, estresada y divertida al mismo tiempo.
- ¿No te gustaría un helado?- preguntaría, conociendo perfectamente tus pensamientos.
- Sabes que sí.
Entonces abriría la mochila, sacando los distintos botes y haciéndote reír, poco después de escuchar los murmullos de otros pidiendo silencio.