7. Max

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Cuando decidí venir a un motel en la parte poco segura de la ciudad sabía que mis padres no estarian muy contentos. Especialmente no papá.

Pero definitivamente no estaba entre mis planes quedarme a dormir, si bien habia comprado comoda para Theo y estaba dispuesta a escuchar a Anthony...bueno, me había tomado por sorpresa ver al niño con un moretón, ninguno de ellos parecía demasiado dispuesto a comentar al respecto. Pero si alguien sabe lo que es necesitar no consuelo o lastima pero alguien que te haga sentir que todo está bien...bueno, esa soy yo.

Así que intento ser esa persona para ellos, y parece funcionar, Theo se dio una ducha y se acostó a dormir en una de las dos camas que hay en la habitación. Así que ahora, luego de que he aceptado quedarme a dormir por un pequeño y alocado impulso tanto Anthony como yo parecemos ser repentinamente conscientes del poco espacio que hay en la habitación.

El hombre carraspea mientras frota sus palmas con expresión pensativa.

— Así  que...¿Vas a ducharte o...? — Siento mi rostro enrojecer lígeramente,  no estoy acostumbrada a estas situaciones,  definitivamente no pensaba utilizar una de las toallas del motel y tampoco tengo algo que usar para dormir, Anthony señala su mochila — Tengo un par de camisas limpias que puedes usar, yo um...saldré a buscar...hielo.

El hombre sale de la habitación como si estuviera intentando escapar de mi, lo que me hace sentir un poco insegura. Solo llevamos saliendo de forma oficial un par de semanas, pero es...Anthony y es probablemente el hombre más respetuoso que conozco, así que me obligo a relajarme.

Él no es Richard.

Me acerco a su mochila, sacando una playera gris de tela suave y decidiendo que sería perfecta. Adoro usar la ropa de Anthony,  especialmente sus chaquetas.

Tengo dos en mi poder, y me averguenza un poco admitirlo debido a la forma poco...sincera en que habia conseguido la segunda. Me doy una ducha rápida, intentando no pensar en la pequeña bola de pelos en una esquina, o en hecho de que el jabón es diminuto y hay una araña mirandome desde la parte superior del lavabo.

Definitivamente tenía que encontrar la forma de sacarlos de aquí. Sé que fue lo más rápido que Anthony pudo encontrar, pero Theo merece tener un ambiente más adecuado, sigue siendo un niño.

Salgo de la ducha, cediendo finalmente a usar una toalla desteñida y demasiado delgada para seguir en una pieza, miro las bragas que me acabo de retirar, considerando seriamente descartarlas por la noche, sin embargo....

¿Siquiera seré capaz de soportar el contacto de esa forma? No es como que tenga planes para que algo suceda esta noche,  pero no soy tonta...ni tampoco de piedra. Anthony tiene musculos fuertes y piernas gruesas que definitivamente me encantaría sentir cerca, pero mi cuerpo suele traicionarme. Aún me cuesta admitirlo, pero es dificil cerrar los ojos sin ver la expresión de Richar sobre mi, su cuerpo sudoroso provocandome nauseas y...

— ¿Todo bien, Shahzadi?— Pregunta  Anthony  golpeando la puerta del baño, sonrío al escucharlo llamarme princesa en Urdu, su acento es decadente y envía una corriente electrica por todo mi cuerpo.

Tragando con fuerza, me pongo las bragas y espero lo mejor.

Anthony abre la boca para responder,  pero sus ojos van directamente a mi cuerpo. No es que haya demasiado que ver, soy delgada y a duras penas tengo pechos suficientes para llenar la copa A. Y mi trasero es inexistente.

Pero ver a Anthony tragar con fuerza y mirarme con admiración hace que mi cuerpo entero se estremezca, me mira con deseo, sí...pero también admiración,  es una mirada diferente a la que me han dedicado los hombres toda mi vida, es más...similar a la forma en que papá mira a mamá.

Maldita Princesa - Una historia de Maldita PelorrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora