28. Anthony

1K 146 5
                                    

Despierto sintiendome satisfecho y...relajado, algo que admito, no he sentido completamente en mucho tiempo. Es mi día libre así que tomo la oportunidad de despertar tan tarde como puedo.  Además, tengo a una preciosidad en mi cama.

No lo voy a negar, la animosidad de la mujer me había tomado por sorpresa pero finalmente había sucedido. Y había sido increíble, incluso si había sido un poco codicioso queriendo continuar, pero debía recordarme a mi mismo que debía controlarme. Max suspira mientras se acurruca en mi costado. Hace algo de frío por lo que su calor es bienvenido. 

Disfruto de acariciar la curva de su espalda y de juguetear con su cabello hasta que finalmente despierta, gruñendo de forma adorable y presionando su rostro contra mi pecho. Lo que me hace reír un poco, pprque la mujer parecía repentinamente obsesionada con mis pectorales.

— Mmmm, podría quedarme aquí todo el día — Asegura ella con voz somnolienta antes de intentae moverse aún más cerca — Ah! — Se queja ligeramente

— ¿Estás bien? — Pregunto mirandola,  ella se sonroja de forma sutil

— Es...ummm duele un poco — admite.

— Oh, lo siento — Murmuro acariciando su rostro — Pero es normal la primera vez, ya te acostumbrarás — Le aseguro, deslizando mi mano hasta su trasero y besandola con cuidado — Es cuestión de practicar

Ella se ríe nerviosamente antes de suspirar satisfecha.

— Eso me gustaría — Asegura antes de incorporarse  — Aunque...tengo un plan muy muy importante para hoy

Gruño lígeramente,  porque ella parecía repentinamente con demasiada energía.

— Está bien, acaba conmigo — Murmuro recostandome en la cama, ella se sienta sobre mi, lo que hace que mi interés despierte un poco, mi mirada viaja hasta sus pechos, que son probablemente una de sus zonas más atractivas para mi, aunque ella se cubre lígeramente — No, dejame ver, tienes que convencerme con algo — Me quejo, apartando su mano y haciendola reír.

— Escúchame — se queja, tomando mi rostro entre sus manos — Hoy, vamos a ir a comer con Theo — Anuncia con determinación — Tal vez no sea la más indicada para aconsejar sobre padres e hijos...pero realmente lo entiendo, él no te verá como un padre hasta que no actues como tal — asegura, antes de añadir — El que le dieras su espacio estuvo bien, pero a sus ojos probablemente también lo abandonaste y en mi experiencia...el niño realmente puede estar convencido de que eres tu quien no desea verlo, sin mencionar que la idea de que su madre lo abandonó probablemente le esté generando ansiedad.

Tomo una respiración profunda, asintiendo y lo admito, no queriendo enfrentar la realidad de tener que ver nuevamente las palabras duras de Theo.

Pero ella tenía razón, tenía que enfrentarlo tarde o temprano.

— Está bien, supongo que es hora de volver a casa de todas formas — Murmuro, extendiendo mi mano para acariciar sus muslos, noto las cicatricez lígeramente en su entrepierna, definitivamente las había visto la noche anterior, no solo eran cortes pero también tenía una cicatriz irregular apenas visibe en su zona más sensible,  allí donde iniciaba su canal vaginal.

Me había hecho preguntarme que cosas terribles había tenido que pasar.

— Tengo un plan — Asegura ella apoyando sus manos sobre mis pectorales — Mañana temprano es la apertura de la pastelería de Anna ¿no es así?

Asiento, acariciando sus caderas 

— Y en una semana la boda — Apunto — Ella estaba realmente triste cuando rechazaste su invitación.

Maldita Princesa - Una historia de Maldita PelorrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora