4. Max

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Amir me empuja contra una de las sillas en la paprte inferior, sentándose frente a mi, mirándome de arriba a abajo, trazando mis facciones con su dedo.

- Si que nos has causado problemas, princesita - Murmura - Pero puedo ver el por qué Bruno te quiere.

 - ¿Qué quieres de mi? - Pregunto - ¿Qué le hiciste a Tony? 

- Nada de lo que no se pueda recuperar - Asegura con una sonrisa falta antes de incorporarse, saca de su boslillo unn pequeño vial que conozco perfectamente, lo vi cientos de veces mientras que Richard abusaba de mi, intento apartarme, pero el hombre es mas rápido - Shhhh, shhhh...No le diré a nadie que el niño está aquí o donde te encontré, será mejor que colabores si quieres seguir con vida.

Quiero gritar, pero antes de que peuda hacer algo siento el familiar pirquete de la aguja en mi brazo y tan rápido como un remolino mi visión se oscurece, la sensación de ser arrastrada le seigue, mi cuerpo completamente incapaz de responder a mis movimientos, ¿y mi mente? a deuras penas sosy cosnciente de lo que sucede segundos después, nada más que manos alrededor de mi cintura y algo sobre mi nariz, mis ojos no responen. Mi cabeza duele con tanta fuerza que en pocos segundos me dejo arrastrar por la oscuridad. 









Cuando despierto de nuevo, mi cuerpo se siente pesado, mi cabeza palpita y me siento tan  cansada que me cuesta levantarme, mi cuerpo duele pero estoy en una cama, tela suave y el sonido de música clasica llega a mis oídos,s intiendose extrañamente familiar.

En cuanto los recuerdos de los últimos días regresan a mi mente, hago un esfuerzo para ponerme de piel, aterrada. 

Estoy en una habitación amplia y lujosa, en una cama, vestida con ropa limpia, un vestido que estoy completamente segura no he visto en mi vida, siento las lágrimas en mis ojos mientras mi mano va directo a mis piernas, estoy cubierta, nada duele o se siente incómodo. Estoy limpia. El alivio que siento es momentaneo sin embargo, el ruido de pasos acercandose me pone alerta, pero cuando intento incorporarme no llego a ninuna parte, pues mis piernas se sienten pesadas y aún me cuesta moverme con normalidad.

Un par de segundos después, la puerta de la habitación se abre y un hombre entra. Es un hombre mayor, tal vez de la edad de mi padre, con cabello canoso y nariz grande, está vestido con un traje a la medida, sosteneindose con ayuda de un bastón tallado en hueso.

A su lado, Aurora.

 - Tia Max -  Dice la niña sonando al borde de las lágrimas, y mi corazón duele, al igual que yo Aurora está biein vestida y perfectamente peinada

- Aurora - Murmuro, recibiendola en mis brazos cuando corre en mi dirección, el hombre  lo permite mientras nos observa detenidamente, reviso a la niña, en busca de heridas o marcas  ¿Estás bien, cielo? 

Aurora asiente, lanzando una mirada precavida al hombre.

- Suficiente - Dice este, golpeando el suelo con su bastón, Aurora rapidamente corre en direcció aél a pesar de que inento detenerla, se pone de pie a su lado y junta sus manos, manteniendo la mirada al suelo mientras el hombre da una peña palmada en su cabeza, de la misma forma en que uno haría cuando un cachorro hace un buen trabajo.

- ¿Quien eres? ¿Qué hiciste con mis sobrinos? - Pregunto, reuniendo las fuerzas para  salir de la cama, sin embargo el hombre sonríe de forma amablle

Maldita Princesa - Una historia de Maldita PelorrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora