Un mes pasa y Octubre llega como una rafaga, el mundo entero había seguido adelante incluso cuando mi familia seguia intentando componerse del golpe que nos habian dado a todos. Mi padre ahora usaba bastón y había adelgazado, incluso habia comenzado a perder un poco de cabello. Marcus se estaba tomando un tiempo, había decidido ir a una especie de retiro con su esposa e hijos. Anna parecía haber recuperado algo de peso y aunque en ocasiones su mente parecía estar en otra parte, la forma en que mi hermano busca consuelo en ella me hace preguntarme si es así como se ve el amor de verdad.
No que no lo haya visto, claro. Mis padres se aman, es imposible no verlo cuando incluso la prensa hace reportajes cada tanto sobre el unico matrimonio de papá que ha durado. Incluso estando aún enfermo papá seguía haciendo cosas como peinar el cabello de mamá, masajear sus hombros suavemente mientras ven una película, prepararle su taza de café todas las mañanas y darle un sorbo para asegurarse de que está justo como a ella le gusta.
Radha y Harold también son una imagen bastante adorable del amor. Mi hermano aún sigue en el hospital, aunque despertó del coma y su mente sigue allí...es difícil ver a mi hermano en semejantes condiciones. Ha perdido parcialmente la sensibilidad en un lado de su cuerpo, le es dificil realizar movimientos complejos y en ocasiones parece distante, distraído. A veces responde con incoherencias que hace que Radha luzca al borde del llanto.
Pero incluso así, hay algo que nunca parece olvidar.
— Te amo, Ángel — Lo escuché susurrar una vez en dirección a mi amiga, intentando acariciar su barbilla con cuidado.
La devoción por su esposa era innegable, y para alguien tan caballeroso y atento como Harold era un martirio no poder hacer cosas tan báscias como abrir la puerta para su mujer o consolarla adecuadamente. Así que mi hermano había conseguido usar sus influencias reales para conseguirle a Radha un enorme ramo de sus flores favoritas y habia organizado una cena (Es decir, yo habia hecho casi todo el trabajo de sorbornar al personal del hospital) dentro de la habitación, incluso había conseguido que Matt le pusiera uno de sus trajes y mamá lo había peinado para que estuviera presentable.
El amor era una cosa maravillosa.
¿En cuanto a mi? Creo que nunca me había sentido tan...completa. Incluso a pesar de las pesadillas y del caos mediatico, estar con Tony se sentía como un....respiro.
Y me había pedido vivir con él. Lo admito, la idea hace que sienta mariposas en el estomago, una cosa era pasar un dia o dos en su casa como antes, pero vivir con él significaba mucho, mucho más. Aún no sabía como decirle a papá.
Nos habiamos instalado temporalmente en casa de mis padres, la nueva mansión era amplia y con un aire algo más moderno pero acogerdor. En un mes henos conseguido hacerla sentir...nuestra.
Anthony y yo compartimos ahora una habitación contigua a la de mis padres, pues es la segunda más grande. Tony había vuelto a trabajar hace una semana y estaba tan ocupado y estresado que realmente no lo he visto mucho estos días, sin embargo consigo encontrar la forma de comenzar a organizar todo. A diferencia de lo que los demas podrian pensar, me gusta ordenar mis propias cosas. Asi que disfruto de ayudar a Theo a traer las cajas de ropa que habiamos sacado del departamento.
- Ma ¿En la casa nueva puedo tener mi propia tv? - Pregunta el niño mientras revisamos una de las cajas, la mayoria de mis cosas se habían destruido en el incendio, pero como él y Anthony se habían mudado, la mitad del armario sería para ellos. Y Theo había comenzado a llamarme abiertamente mamá, no todas las veces, pero las suficientes para hacerme sentir completamente agradecida.
- Theo - Se queja Tony, escuchandolo desde su posición en la cama, donde trabaja en un informe desde la laptop de Matt, hago una nota mental de comprarle una computadora nueva para el trabajo - No intentes convencer a Max de comprarte todo lo que quieras porque te dirá que sí
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Maldita Princesa - Una historia de Maldita Pelorroja
RomanceMaddison Francesca Zdorogzarkovitchdorv-Hyde. La hija preciada de uno de los hombres más ricos del mundo, la joya de la corona, según los medios, la consentida de los Zdorogzarkovitchdorv. La princesa mimada que siempre obtenía lo que quería. Era...