20.Anthony

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Soy un hombre sencillo, y siempre he considerado que las mujeres son hermosas cada una a su manera.

¿Pero, Max?

Probablemente la mujer más hermosa del jodido planteta. Y sé que no soy el único que lo piensa,  hay fotografias, videos, edits y un montón de mercancía con su rostro.

Y aquí está ella, sentada en mi regazo, frotandose contra mi erección mientras que sus pechos están rogando por mi atención.  Max es delgada pero bien formada, sus pechos son relativamente pequeños, perfectos y redondos, con pezones lígeramente oscuros que son una mezcla entre rosa y marrón, tiene un pequeño lunar sobre el pezón derecho que forma una perfecta constelación con el lunar en su esternón y el lunar en su hlmbro izquierdo.

Si cabello rubio está revuelto a causa de los movimientos,  formando un pequeño halo sobre su rostro. Y Oh su expresión es dulce y sus mejillas, sus labios y la parte superior de su cuello están perfectamente enrojecidos. 

Ella se ha frotado contra mi erección de forma involuntaria,  lo que es una buena señal por el momento. Pero debo recordarme a mi mismo no ser codicioso. Un paso a la vez.

Max muerde su labio inferior y apoya sus manos suaves sobre mis hombros acariciandome lígeramente, la dejo explorar mientras intento calmarme a mi mismo porque definitivamente su trasero me estaba dando problemas ahora. No soy el hombre más fuerte del mundo pero disfruto de la forma en que acaricia mis músculos con expresión maravillada.

— ¿Puedo besarte? — Pregunto luego de un momento, acariciando sus pezones con cuidado con mis pulgares, amando la forma en que su cuerpo reacciona al contacto. Su corazón late con fuerza y puedo sentirlo bajo la palma de mi mano, ella asiente lígeramente,  y sin perder el contacto visual me inclino, acunando sus pechos y levantando el pezón hasta mi boca, acariciándolo con la punta de mi lengua

— Ah — Jadea ella, removiendose inquieta.

— ¿Quieres que me detenga? — Pregunto, ella niega con fervor, presionandose contra mi, así que le doy el gusto, le enseño lo bien que puede sentirse, apreciando cada pequeña curva y succionando lígeramente sus pezones, atreviendome a mordisquearlos cuando sus caderas comienzan a moverse más y más contra mi.

Gruñendo y siendo probablemente más avaricioso de lo que debería, me incorporo, ella jadea cuando la recuesto sobre las mantas, y tengo que detenerme un segundo para apreciarla, parece una venus recién salida de las olas. Trago con fuerza,  ppsocionandome sobre ella con cuidado.

— Espera — Susurra presionando una mano contra mi pecho, deteniendome.

— ¿Muy rápido? — Pregunto acariciando su mejilla con cuidado, viendo la preocupación comenzando a nublar su vista.

Ella traga con fuerza antes de admitir con un asentimiento

— E-estoy — Su rostro enrojece completamente mientras su respiración se acelera — Siento...cosquillas, allí abajo — Admite, y no puedo evitar sonreir, me recuesto a su lado, evitando aprisionarla con mi cuerpo — Creo que...creo que estoy excitada — Admite ella finalmente

— ¿Quieres que nos detengamos? — Pregunto acariciando su mejilla y obligandola a mirarme,  ella traga con fuerza y respira con dificultad  mientras mira mis labios.

— ¿Realmente puedes hacerme...?— Cierra los ojos y sinceramente nunca creí que la mujer se sentiría tan avergonzada,  pero me mantengo a su lado, dispuesto a guiarla todo el camino

— ¿Quieres que te haga venir, mi amor? — Pregunto  mientras deslizo mi mano por su cuello, sobre sus pechos y hasta su cintura — ¿Eso te gustaría?

Maldita Princesa - Una historia de Maldita PelorrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora