13. Anthony

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No he tenido sexo con Max desde antes de todo lo que había  sucedido,  y dadas las circunstancias  era probablemente lo último en nuestras mentes, pero ahora....

La forma dulce en que gime y se retuerce buscando más, intentado tirar de mí más cerca me hace sentir completamente vivo.  Vivir con su familia se siente algo extraño, pues si bien Theo y yo venimos de un hogar pequeño y ahora más que nunca extrañamos a nuestros padres, los Petrov y los Hoffman son algo...demasiado. 

Hay personas entrando y saliendo de casa todo el tiempo,  Harold habia sido instalado con Radha en una habitación del primer piso, ya que no podía viajar de regreso a Buthan aún, y su hijo y hermanos querian estar con él por obvias razones. Y aunque Theo habia sido instalado en una de las habitaciones de los quintillizos,  realmente pasaba la mayor parte del tiempo con Max y conmigo.

No voy a mentir, en más de una ocasión disfruté de la vista de mi chica desnuda mientras salía de la ducha, pero hasta ahora no habia actuado en cuanto a la parte física se refería. No soy un fan de hacerlo en lugares incómodos,  pero la deseo, aquí y ahora.

Y ella también me desea. Deslizo mis dedos entre sus shorts de pijama, encontrando su centro empapado y sensible. Max deja escapar un chillido de sorpresa que me vuelve loco, gruñendo mientras la beso y dedico a explorar su coño húmedo.

— ¿Sabes lo hermosa que te ves cuando estás excitada? — Pregunto acariciando su cuello con mi nariz, rozando su pien sensible y disfrutando de su aroma,  de sus gemidos. La forma en que se aferra a mis hombros, clavando sus uñas en mi piel de forma deliciosa mientras deja caer la cabeza hacia atrás — Correte para mi — Pido en un susurro mientras deslizo mis dedos en su entrada,  acariciando con mi pulgar su clítoris resbaladizo. Max chilla de sorpresa y esconde su rostro en mi cuello, mordiendome mientras que su coño aprieta mis dedos con fuerza,  su cuerpo entero temblando con el orgasmo.

La sensación de sus dientes contra mi piel es tan jodidamente caliente que casi puedo correrme en mia pantalones.  Pero tengo toda la intención del mundo de venirme dentro de ella.

Me detengo un segundo ante el pensamiento,  normalmente soy algo...estricto con el asunto del condón y de cuidarme. Pero mierda, la visión de una familia con Max me hace pensar en cosas definitivamente importantes.

Una vez que está laxa y relajada contra mis brazos,  besa lígeramente allí donde me ha mordido, su piel de gallina mientras me deshago de sus shorts, arrojandolos al suelo antes de ser seguidos por mi ropa interior. Max acaricia mi erección con rapidez, haciendome zizear a causa del contacto.

— Quiero complacerte — Susurra mkentras usa movimiento ritmicos y lentos para acarme, suspiro al sentirla acunar mis testículos con cariño. Cuando les da un ligero apretón, muevo mis caderas de forma involuntaria.

— No creo que soporte mucho tiempo — Admito acariciando su rostro y besandola profundamente antes de dejarme caer en la silla nuevamente, separando las piernas y dejandola ver mi erección lista para ella — Todo tuyo.

Max se deja caer sobre sus rodillas y me da una mirada caliente  antes de tomar mi erección con sus manos,  luciendo como una jodida diosa mientras se acerca, su lengua acariciando mi glande y trazando toda mi longitud,  dejo caer mi cabeza hacia atrás, dejandome llevar por las sensaciones, por la suave caricia de su boca cuando finalmente me toma completamente,  acariciandome e intentando llevarme al fondobde su garganta. Acaricio su cuello, guiandola con cuidado a un ritmo que me hace sentir en el puto cielo. Recojo su cabello en una coleta , usando mi mano para sostenerla. Sus labios se enrojecen fácilmente a causa de la fricción  y Dios, se ve preciosa con mi erección en su boca.

La puerta de la oficina se abre y creo que tengo un infarto o dos en una milesimade segundo.

Es Frank.

Maldita Princesa - Una historia de Maldita PelorrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora