📷📷 Capítulo 11 📷📷

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ANNA

Comprar cosas caras siempre me ha levantado el ánimo cuando estoy triste o estresada. Toda esta cuestión con la Reina Blanca me ha llevado a que el estrés me quite el sueño, o la motivación por estudiar. Como un peso constante que no me deja respirar apropiadamente. Necesito distraerme, escapar por un momento de todo este desastre. Así que esta tarde, cité a Javier al centro comercial, para que me acompañe a comprar bolsos, ropa y joyas. Vamos a grabar un video llamado "me voy de compras".

Llegamos al centro comercial y la familiaridad del lugar me da un pequeño alivio. Javier está a mi lado, aunque noto que está un poco distraído, como si tuviera algo en mente. Entramos en una tienda de lujo y comienzo a seleccionar algunos bolsos.

Elijo un bolso de diseñador: un modelo clásico en cuero negro, con detalles dorados y una correa ajustable. La textura del cuero es suave al tacto, y el diseño atemporal promete combinar con cualquier atuendo. También tomo un clutch de terciopelo rojo, pequeño pero sofisticado, perfecto para ocasiones especiales.

—¿Qué te parece este? —le pregunto a Javier, mostrando un bolso de diseñador.

—Está bonito —responde, sonriendo, pero noto que su sonrisa no llega a sus ojos.

En la sección de ropa, me decanto por dos vestidos elegantes. El primero es un vestido de seda color esmeralda, con un corte en la cintura que resalta mi figura y una caída fluida que le da un aire de sofisticación. El segundo es un vestido negro ajustado, con detalles de encaje en las mangas y el escote, ideal para eventos nocturnos.

Finalmente, en la sección de joyas, mis ojos se iluminan al ver una pulsera de oro rosa, adornada con pequeños diamantes que brillan sutilmente. También selecciono unos pendientes de perlas, clásicos y elegantes, y un collar de plata con un colgante en forma de estrella, que me recuerda a esos momentos en los que sueño con un futuro más brillante.

Seguimos recorriendo las tiendas, y mientras lo hacemos, me concentro en cada prenda, cada accesorio, dejando que el brillo y la opulencia me envuelvan. Decido comprar un par de vestidos y algunas joyas. Javier graba algunos clips para el video, pero su entusiasmo parece forzado.

Al final del recorrido, siento que he conseguido lo que buscaba: un respiro, una distracción. Sin embargo, no puedo evitar sentir que hay algo más que me falta, algo que no puede comprarse con dinero. Al menos, por un momento, he podido olvidarme del estrés y de la Reina Blanca. Mientras salimos del centro comercial, me aferro a esa pequeña chispa de alegría, esperando que dure lo suficiente hasta que las cosas vuelvan a la normalidad.

Después de las compras, Javier y yo decidimos ir por un helado. Mientras caminamos por el centro comercial, noto que mucha gente nos mira, como si nos reconocieran. Es una sensación extraña, saber que somos el centro de atención.

Javier me toma la mano y me dice en voz baja:

—Nos están mirando mucho. Debemos tomarnos de la mano y parecer que estamos enamorados.

Asiento, entendiendo la importancia de mantener las apariencias. Todo el mundo debe creer que somos la pareja perfecta. Nos miramos y forzamos una sonrisa que parece natural, mientras seguimos caminando hacia la heladería.

—Vamos a la heladería y hacemos que todo el mundo vea lo enamorados que estamos —digo, tratando de mantener la calma y la fachada. Miro a nuestro alrededor, reconociendo los susurros y las miradas curiosas. Mientras avanzamos, aprovecho para sacar mi celular y subir el video de nuestras compras a las redes sociales de Javianna.

Al llegar a la heladería, nos acercamos al mostrador y pedimos nuestros helados favoritos. La chica detrás del mostrador nos mira con admiración y algo de nerviosismo. Javier paga, y yo aprovecho para hacer una rápida selfie con nuestros helados, asegurándome de que nuestras sonrisas parezcan genuinas y felices.

Destruyendo a JaviannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora