Destruyendo a Javianna

👸Capítulo 13👸

ANNA

Dos años atrás.

Estaba a punto de entrar a una partida de ajedrez en un campeonato importante. Me sentía nerviosa, pero al mismo tiempo emocionada. Había entrenado duro y estaba lista para enfrentar a mi oponente. Justo cuando iba a travesar el umbral que me llevaba a la mesa, mi celular vibró con una notificación. Era del chat de Anisha. Ella ya se había graduado, así que ya no hacia parte del equipo. Por lo que se me hizo extraño que me escribiera.

Intrigada, abrí el mensaje y me encontré con un video. Fruncí el ceño, sin entender de qué se trataba. Toqué el icono de reproducción y el video comenzó. Anisha aparecía en la pantalla, luciendo un peinado elaborado y una sonrisa amplia.

—Hola a todos, soy Anisha y bienvenidos a mi canal de chismes —dijo, con una voz exageradamente alegre.

No podía creer lo que veía. Anisha se había convertido en una youtuber de chismes.

—Hoy tengo una bomba para ustedes —continuó—. ¿Saben quién es Javier, el hijo del alcalde? Pues parece que está saliendo con Anna Echeverri.

Sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Anisha había decidido usar su nuevo canal para hablar de mí y de Javier. ¿Por qué estaba haciendo esto?

El video continuaba, mostrando fotos y capturas de pantalla que Anisha había conseguido de alguna manera. Todo estaba ahí: nuestras salidas, los mensajes que nos habíamos enviado, incluso una foto de nosotros dos juntos en la escuela.

—Así que ya lo saben, chicos. Javier y Anna son pareja. ¿Quién lo hubiera imaginado? —Anisha terminó el video con una risa y un guiño.

Apagué el celular, sintiendo una mezcla de rabia y miedo. ¿Cómo había conseguido esas fotos? ¿Por qué estaba haciendo esto? Mi corazón latía con fuerza y mi mente estaba llena de preguntas sin respuesta.

—¿Anna? —Me llamó la voz de Anna—. ¿Anna? ¿Estás bien?

Parpadeé mucho y rápido, como si estuviera saliendo de un trance. Miré a Adam y asentí.

—Sí. Estoy bien.

—¿Segura? —Él no se veía muy convencido.

Débora, la profesora, se acercó a nosotros.

—¿Anna? ¿Estás nerviosa? —me preguntó.

—Un poco —respondí. Y no era una mentira.

—Tu contrincante te espera. —La profesora señaló hacia la mesa donde me esperaba mi primera partida en el campeonato.

Asentí. Tragué fuerte.

Intenté respirar profundamente y concentrarme en la partida. Pero era inútil. No podía sacarme de la cabeza el video de Anisha. Mis manos temblaban mientras movía las piezas y mi concentración se desvanecía con cada segundo que pasaba.

Mi oponente no tardó en darse cuenta de mi estado. Cometí error tras error, y cada movimiento mal calculado me acercaba más a la derrota. Finalmente, después de una jugada particularmente desastrosa, me di cuenta de que había perdido. El árbitro anunció el final de la partida y mi oponente estrechó mi mano con una mezcla de alivio y desconcierto.

Me levanté de la mesa, sintiéndome completamente derrotada. No solo había perdido la partida, sino que también había sido expuesta públicamente por Anisha. Salí del salón de competiciones, con la cabeza baja y el corazón pesado. No sabía cómo iba a enfrentar a Javier, a mis amigos y a todos los que ahora conocían nuestro secreto.