RANKING DEL PREMIO LENTE DORADO A INFLUENCER DEL AÑO:
Ozoperezozo – 70% de popularidad.
Javianna – 68% de popularidad.
Onlyway – 61% de popularidad.
Anisha – 55% de popularidad.
Brutality – 43% de popularidad.
ANNA
Siete años atrás.
Desde el evento de la piscina, mi madre nunca fue la misma. Hugo y yo lo notamos de inmediato. Nuestro padre se iba a trabajar y ella se queda en el borde de la cama, mirando fijamente a la pared. Casi sin parpadear.
Muchos días se le olvidaba cocinarnos nuestro almuerzo.
Casi teníamos que gritarle para que nos escuchara. Era como si su alma abandonaba su cuerpo en ciertos momentos. Yo sentía que había perdido a mamá. Ella ya no era la misma.
Poco a poco, se me olvidó como se veía su sonrisa. Olvidé el brillo de sus ojos. Olvidé el sonido de su risa.
—¿Qué fue lo que pasó en el club? —me preguntaba Hugo.
Y yo no sabía cómo explicarle a mi hermano que fue lo que pasó. Porque, yo no entendía. Yo sabía que lo que nos había ocurrido, era una injusticia, pero no sabía explicarlo. ¿Cómo poner en palabras que te habían discriminado? Yo ni siquiera sabía que significaba esa palabra a mis diez años.
Mamá seguía yendo al trabajo, como servidora domestica de una familia rica. Sin embargo, cuando regresaba del trabajo, la escuchaba llorar encerrada en el cuarto húmedo al lado de la cocina.
Ella pensaba que nadie la escuchaba. Yo sí. Y no se lo conté a nadie. Ni siquiera a Hugo. Aunque, puede que él también se haya dado cuenta y también haya decidido no contárselo a nadie.
Yo trataba de fingir que nada estaba pasando. Pero ignorarlo, lo hacía peor. Y no es como yo pudiera hablarlo con alguien. ¿Con quién? ¿Con padre? Él siempre fue muy desconectado de la familia. Mi comunicación con él era muy limitada. ¿Con mis amigas? Yo solo tenía una: Valery y no iba a contarle nada de esto. Yo fingía tener la vida perfecta frente a ella. Le inventaba que mi familia y yo viajábamos a Europa, que comíamos en los mejores restaurantes y que mi padre era un importante ejecutivo.
Y no es como si fuéramos pobres. No lo éramos. Vivíamos bien. Solo que, veía a mis amigas, con mucho más dinero. Veía a mi madre, de sirvienta de una mujer con más poder que nosotros y yo quería todo eso.
Yo también quería tener poder y dinero.
A veces me quedaba en mitad de la sala y veía el televisor y pensaba: "ojalá fuera un televisor más grande". Veía la pared vacía y pensaba: "Ojalá tuviéramos un aire acondicionado". Veía mi guardarropa y pensaba: "Ojalá tuviera ropa de Gucci".
"Ojalá mi padre tuviera Porche", "ojalá tuviéramos vacaciones en Disney Land", "ojalá tuviéramos una casa de playa".
Y si yo no podía desahogarme con mis amigas o mi papá, solo quedaba Hugo para hablar de estas cosas. Mi hermano. Mi mejor amigo. Sin embargo, tampoco me atreví abrirme ante él. ¿Por qué no lo hice? No lo sé.
Nuestro padre eventualmente se dio cuenta que mi madre había cambiado. Que había algo diametralmente diferente a cómo ella era antes. ¿Tanto tardó en darse cuenta?
Y luego, llegó ese día.
Recuerdo que estaba en mi cuarto, escuchando música con los audífonos puestos. Era mi forma de escapar del mundo, de perderme en las melodías y letras que me hacían sentir viva. Era una tarde tranquila, sin nada fuera de lo común. Pero entonces, todo cambió en un instante.
ESTÁS LEYENDO
Destruyendo a Javianna
Любовные романы👑Anna tiene todo lo que una chica de 18 años podría querer: fama💅, dinero💵, poder y el novio más guapo💏. Todo gracias a que Javier Lleras, una estrella en Tik Tok y compañero de clases, le pidió que fuera su novia en un video que se hizo viral...