Destruyendo a Javianna

😡😖 Capítulo 23 😡😖

ANNA

No voy a mentir. No voy a decir que soy la persona más tranquila y sosegada del mundo. Para nada. De hecho, todo lo contrario. Puedo perder los nervios con mucha frecuencia. En este punto, perdí la cuenta de cuantas veces he estallado en rabia durante mi vida.

Pero esto es diferente.

Eso es rabia pura. Tanta que me parece que veo rojo.

Quiero destruirlo todo. Quiero romper las paredes. No. Quiero romperle los dientes a la Reina Blanca. Quiero tenerla en frente y aplastarle la cara con mis pies.

—Anna, por favor, cálmate —Javier me persigue, pero yo soy más rápida. Corro hacia mi habitación y cierro la puerta antes de que Javier pueda entrar.

Mi respiración es acelerada, no pienso bien. Mi mente es un tornado de sensaciones y recuerdos. Ver esos mensajes en el Discord, ver el odio que cientos tienen hacia mí, despertó algo dentro de mí. Algo primitivo.

—¡Anna! —Javier golpea la puerta.

No le abro. Él sabe que estoy a punto de hacer una locura. Hacer algo por lo que me voy a arrepentir después. Pero no me importa nada ahora mismo. Ahora, lo único que quiero es ver arder el mundo.

—¡ANNA! —Sigue golpeando—. ¡ABRE LA PUERTA!

No.

Escucho la voz de Julia al otro lado.

—¿Qué está pasando? —pregunta ella, con un tono de preocupación.

—¡Hay que abrir la puerta! —responde Javier.

Julia toca.

—¿Anna? ¿Qué está pasando? —Intenta darle vuelta a la manilla, pero está con seguro—. ¿Anna? Abre por favor.

No.

No abriré una mierda.

Tomo mi celular y abro Instagram. Me preparo para grabar un reel. Estoy a punto de desatar mi ira ante millones de seguidores. Pronto, conocerán el peor lado de Anna Echeverri.

Presiono el botón de grabar y...

—¡ESTOY HARTA! —grito ante la cámara frontal de mi teléfono—. ¡Estoy harta de la Reina Blanca! ¡De Anisha! ¡De los acosadores de mierda!

Respiro hondo, tratando de calmarme, pero la rabia es demasiado grande.

—Hay un grupo en Discord, ¿lo sabían? —revelo ante la cámara—. Un grupo en el que se reúnen seguidores de la Reina Blanca para ponerse de acuerdo y perseguirnos, acosarnos a Javier y a mí. ¡Esto no puede seguir así! ¡NO-PUEDE-SEGUIR-ASÍ!

Me interrumpo un momento para respirar, sintiendo cómo la ira me consume. Las palabras fluyen rápidamente, casi sin pensar.

—Desde pequeña, he soportado bullying —continúo—. ¿Saben quién era una de las personas que me molestaba en el colegio? ¡Anisha! Sí, Anisha. La misma que ahora se hace la víctima. No quería contar nada de esto, pero ya no puedo más. La gente necesita ver quiénes son realmente los que me acosan. ¡QUIENES SON REALMENTE LOS ACOSADORES EN TODO ESTO!

El dolor y la rabia se mezclan en mi voz, pero sigo hablando, determinada a hacerme escuchar.

—Anisha y sus amigos siempre han sido crueles conmigo. Se burlaban de mí, me hacían sentir pequeña, insignificante. Y ahora, ¡están usando las redes sociales para seguir atacándome! ¡No voy a permitir que sigan haciéndome esto! ¡NO MÁS!