JAVIER
La emoción recorre mi cuerpo mientras observo la pantalla de mi computadora. La encuesta virtual de la escuela muestra que estoy ganando por encima de Germán con un margen considerable. Si las elecciones fueran esta noche, yo sería el próximo presidente de la clase. Una sonrisa de satisfacción se dibuja en mi rostro mientras cierro la laptop y me dirijo hacia el despacho de mi padre.
Al entrar, lo veo revisando unos documentos. Al verme, levanta la vista y esboza una sonrisa orgullosa.
Sé que la ha visto, pero aun así pregunta.
—¿La viste?
—Sí, hijo —responde, dejando los papeles a un lado—. Estoy muy esperanzado. Parece que vas a ganar.
Muy pocas veces lo he visto tan emocionado por mí. Casi puedo escuchar las palabras
"estoy orgulloso de ti".—Si ganas, daremos una fiesta enorme —promete con entusiasmo—. Invitaremos a la clase alta de la ciudad para celebrar que estás siguiendo mis pasos.
Su entusiasmo es contagioso y no puedo evitar imaginar la fiesta, llena de personas importantes, todos celebrando mi victoria. Siento una presión adicional, pero también una determinación renovada para asegurarme de que esas encuestas se conviertan en realidad.
Quiero contarle esto a Kika.
Entro al hospital con una mezcla de esperanza y tristeza. Las luces fluorescentes y el olor a desinfectante me rodean mientras camino por el pasillo hacia la habitación de Kika. Cuando llego, la veo ahí, acostada, rodeada de máquinas que monitorean sus signos vitales. Su rostro está pálido, sus ojos cerrados, y parece tan frágil como nunca la había visto.
Me acerco lentamente a su cama y me siento en la silla junto a ella. Tomo su mano con gentileza, sintiendo el frío de su piel bajo mis dedos. Me quedo en silencio por un momento, simplemente observándola, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Kika —susurro finalmente, mi voz apenas audible en la silenciosa habitación—. Estoy liderando la encuesta. Si las elecciones fueran hoy, sería el presidente de la clase.
Mis ojos se llenan de lágrimas al pensar en todo lo que ha pasado. Me inclino un poco más cerca, sin soltar su mano.
—Me hubiera gustado que estuvieras consciente para ver esto. Para ver lo que hemos logrado.
Siento un nudo en la garganta. Las palabras se me atascan, pero sigo hablando, como si de alguna manera ella pudiera escucharme.
—Lo lamento tanto, Kika. Lamento no haber estado ahí para protegerte. Lamento todo el dolor que has pasado por mi culpa.
Las lágrimas finalmente comienzan a caer por mis mejillas. Me inclino y apoyo mi frente contra el borde de la cama, todavía sosteniendo su mano.
—Prometo que ganaré estas elecciones. Prometo que haré todo lo posible para que estés orgullosa de mí cuando despiertes.
Me quedo ahí, en silencio, solo el sonido de las máquinas rompiendo la quietud. La habitación parece más fría de lo que debería, y el peso de la culpa y la responsabilidad se siente más pesado que nunca.
ANNA
Primer paso de mi plan: Peón a E4.
Esta pintura siempre me ha fascinado. Es una obra maestra de vibrantes colores y detalles intrincados, representando una escena de un bosque en el amanecer. En el centro, un árbol inmenso, majestuoso, lucha por alcanzar el cielo, sus raíces aferradas a la tierra con una fuerza inquebrantable. Alrededor, flores y arbustos intentan competir por la luz, pero es claro que el árbol siempre será el vencedor, su ambición y tenacidad superando cualquier obstáculo.
Mientras contemplo la pintura desde la banca del museo, siento la presencia de alguien sentándose a mi lado. Giro la cabeza y veo a Jessica González, la reconocida periodista que ha estado escribiendo sobre mí por años.
No tengo nada en contra de ella, pero sus artículos sobre mí han sido, violentos por decirlo de manera amable. Sin embargo, hoy podría ser mi aliada.
—Esta pintura es una representación perfecta de la naturaleza ambiciosa y tenaz —le digo, señalando el árbol. —Mira cómo se eleva por encima de todo lo demás, sin importar las adversidades.
Jessica levanta una ceja, claramente impaciente.
—Anna, no tengo tiempo para clases de arte. ¿Por qué me llamaste?
Suspiro.
—Necesito que publiques una primicia: Anisha fue la que llevó las drogas a la fiesta del año. Lo hizo para sabotearla.
—¿Y es eso cierto? —pregunta Jessica, arqueando las cejas.
—Lo será cuando tú lo publiques —respondo, sin dejar de mirar la pintura.
—Tengo integridad, señorita Echeverri.
Suelto un bufido.
—He leído tu trabajo, Jessica, no nos engañemos.
Jessica esboza una débil sonrisa divertida.
—¿Y si me acusan de difamación? —arquea una ceja.
—Fácil: apelas a la protección de una fuente confidencial. Eso es lo que hacen ustedes los periodistas cuando quieren difamar sin consecuencias, ¿no?
Jessica suelta una carcajada que hace eco en el museo.
—Vaya, vaya... ¿Tan obvio somos?
Me encojo de hombros.
—Algo así.
—¿Y qué me ofreces? —Se cruza de brazos—. ¿Qué me ofreces por publicar eso?
Sonrió y saco mi celular y reproduzco el video en el que se ve a Kika cayendo del puente.
—Esto —le digo—. Nadie más tiene este video. Y será todo tuyo.
—Quiero que publiques esto. pero solo un día después de las elecciones escolares. Es importante que todo el mundo se entere que fue Anisha quien filtró el video.
—Esto va a causar un gran revuelo.
—Eso es lo que quiero —respondo con firmeza. Mientras le entrego una memoria USB—. Aquí tienes el archivo de video.
Jessica lo guarda en su bolsillo y me mira con seriedad.
—Ten cuidado, Anna. Estás jugando un juego muy peligroso.
—Lo sé —respondo—, pero no tengo otra opción.
Nos quedamos en silencio por un momento, observando la pintura frente a nosotras.
—Te contactaré cuando esté todo listo —dice antes de levantarse y alejarse por el solitario pasillo del museo.
Me quedo observando cómo se aleja, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad. Este es el último paso en mi plan. Todo está en marcha y no hay vuelta atrás.
Visualizo todos los movimientos en el tablero. Esta avanzada final, es como la jugada final en la partida de ajedrez definitiva. Coloco el peón en su posición inicial.
El peón avanza, una jugada aparentemente sencilla, pero que abre el camino para algo más grande. La caída de Kika será el inicio de todo.
He disparado balas que están volando y rebotando por todos lados, hacia todas las direcciones y alguna puede alcanzarme.
Comienza la masacre. Y estaré lista.
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Destruyendo a Javianna
Romance👑Anna tiene todo lo que una chica de 18 años podría querer: fama💅, dinero💵, poder y el novio más guapo💏. Todo gracias a que Javier Lleras, una estrella en Tik Tok y compañero de clases, le pidió que fuera su novia en un video que se hizo viral...