📉📉Capítulo 45📉📉

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ANNA

Tercer paso de mi plan: alfil a C4.

Visualizo el tablero frente a mí. Todas las fichas en sus respectivas posiciones. El alfil se desliza por el tablero, directo y decidido. Para culpar a Anisha de la filtración del video de Kika, debo colocar la pieza estratégicamente, asegurándome de que todos los caminos lleven a ella. Mi más grande enemiga. La red de sospechas se cerrará sobre ella, sin que pueda escapar.  

Mi corazón late con fuerza mientras leo los comentarios y las notificaciones que explotan en la pantalla de mi teléfono. El artículo de Jessica González se ha vuelto viral en cuestión de horas. La noticia ha corrido como la pólvora, y todos están hablando de ello.

El título del artículo, "La Caída de Anisha", se destaca en negritas en cada red social. La gente comparte el enlace con fervor, acompañándolo de sus opiniones y emociones desbordadas.

El hashtag #DestruyendoAAnisha se convierte en tendencia nacional. Los comentarios están llenos de indignación, con usuarios despotricando contra Anisha, demandando justicia por todas las mentiras y manipulación.

Siento una mezcla de satisfacción y alivio al ver la reacción del público.

La presión sobre Anisha es inmensa. La gente quiere verla caer, y yo sé que este es solo el comienzo del fin para ella.

Reviso los comentarios más destacados. Algunos son brutales, otros muestran sorpresa y algunos incluso expresan apoyo para Anisha, creyendo que hay más en la historia de que ella llevó drogas a la fiesta y filtró el video de Kika. Pero la mayoría están decididos a destruirla.

Mi teléfono vibra con más mensajes y llamadas. Amigos, conocidos y seguidores quieren saber más. Estoy en el centro de la tormenta mediática, pero no me importa. Yo sabía que esto iba a pasar.

Mientras leo los comentarios y veo cómo crece el hashtag, sé que no hay vuelta atrás.

Luego, reviso el ranking.


Ozoperezozo – 74% de popularidad.

Onlyway – 69% de popularidad.

Brutality – 51% de popularidad.

Javianna – 46% de popularidad.

Anisha – 40% de popularidad.


Ella y nosotros hemos caído a lo más bajo del ranking. En parte esto era esperable. Yo sabía que con la filtración de los chats de Kika y el video de ella cayendo del puente, inevitablemente caeríamos en popularidad. Pero no importa. Porque nos recuperaremos.

Esto solo es temporal.

Cuando Javier me pida matrimonio en la cena del club. Volveremos a subir, como un cohete hacia la luna.

Tercer paso del plan. Completado.


Cuarto paso de mi plan: torre a D1.

El olor a basura y la humedad del callejón trasero del centro comercial se cuelan por mis fosas nasales, haciéndome arrugar la nariz. Julia y yo caminamos con cuidado, esquivando charcos sucios y bolsas de basura rasgadas. El ambiente lúgubre y solitario es perfecto para un encuentro clandestino.

—¿Podemos confiar en este tipo? —le susurro a Julia, sintiendo una mezcla de ansiedad y anticipación.

—Totalmente. Él necesita el dinero y sabe mantener la boca cerrada —responde Julia con determinación.

El número que encontró Becca en el discord de la Reina Blanca es clave. Y solo había una forma de encontrar al dueño de ese número: los hilos que Julia puede mover entre sus contactos. Un poco de sobornos por allí, un poco de influencias por allá y voila: tienes a un trabajador de una empresa de telefonía móvil dispuesto a venderte cualquier información de sus usuarios por el precio correcto.

Una vez más visualizo el tablero frente a mí. La torre se mueve recta y fuerte. Esta pieza es crucial, la clave para desenmascarar a la Reina Blanca. Con esta información, tendré el último movimiento para el jaque mate.  

A unos metros, el trabajador de la empresa de telefonía móvil está esperando, mirando nerviosamente a su alrededor. Se sobresalta un poco al vernos acercarnos, pero rápidamente recupera la compostura.

—¿Tienen el dinero? —pregunta, con la voz temblorosa.

Julia asiente y le entrega un sobre grueso. El trabajador lo revisa rápidamente, asintiendo con satisfacción.

—Aquí tienen —dice, sacando un sobre manila y entregándomelo.

Mi corazón late con fuerza mientras abro el sobre y saco el documento. Mis ojos recorren la información y, de repente, siento que el aire se me escapa de los pulmones. No puedo creer lo que estoy viendo. El titular de la línea es Silvia Cassiani, la novia de mi hermano Hugo.

—Es... es Silvia —balbuceo, mostrando el documento a Julia—. La novia de Hugo.

***

No voy a decir que esto es parte de mi plan, porque no lo es. Esto entra en el terreno de la improvisación. Es decir, yo esperaba tener alguna pista sobre la Reina Blanca después de investigar el número de Discord. Sin embargo, nunca me imaginé que esa ruta me llevaría directo a la novia de mi hermano.

Llego a la universidad donde ella y mi hermano estudian. Reviso el horario de mi hermano. Siento como si un peso aplastara mi pecho. El horario de ella se alinea casi perfectamente con las publicaciones diarias de la Reina Blanca.

Qué vergüenza. Esa maldita perra me ha estado viendo la cara de imbécil por demasiado tiempo. Es mi culpa. Yo lo permití. Yo no lo supe ver.

Con razón no me caía bien.

¿Silvia es la Reina Blanca? ¿Ella? ¿Todo este tiempo? La misma persona que me ha estado acosando por meses, que ha intentado destruirme. ¿Cómo pude ser tan ciega?

El horario me indica en que salón está Silvia. Está en el bloque D, salón 102. En el primer piso. Llego justo cuando los estudiantes terminan clases y salen al pasillo.

Allí está Silvia, junto a Hugo. Con esa sonrisa amable, falsa, de que no mata ni una mosca. Mi corazón late demasiado rápido y la visión se me torna roja. Allí está la Reina Blanca. Allí está la maldita perra que me ha estado acosando. La que ha estado haciendo miv ida imposible.

Silvia y Hugo se alejan del pasillo. No debo perderlos de vista, así que me entrego a perseguirlos. Teniendo cuidado de que nadie me vea.

Maldita sea. Tengo que esperar a que mi hermano deje sola a Silvia. No puedo abordarla mientras él está cerca.

Camino a paso rápido, manteniendo a Silvia y a Hugo a la vista sin que ellos me vean. La tensión en mi pecho es palpable. Mi mente está llena de preguntas y mi corazón lleno con el deseo de arrastrar a Silvia por el suelo.

Ella y mi hermano caminan juntos, riendo y charlando como si nada. Todavía no se han percatado que los sigo. Me escondo detrás de un grupo de estudiantes, fingiendo revisar mi teléfono, mientras los observo.

Maldita sea. ¿Hugo se va a ir o se va a quedar con ella? Por favor, hermanito, vete.

Finalmente, Hugo se despide de Silvia con un beso rápido en la mejilla y se aleja en dirección opuesta. Silvia continúa caminando sola, ajena a mi presencia. Veo mi oportunidad y salgo de mi escondite, apresurándome para alcanzarla.

—¡Silvia! —llamo, mi voz firme y decidida.

Destruyendo a JaviannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora