Destruyendo a Javianna

🎥👕👖 Capítulo 16 👕👖🎥

JAVIER

3 años atrás.

Los libros y cuadernos esparcidos sobre la mesa eran nuestra única compañía en la silenciosa biblioteca de la escuela. Anna, con su eterna paciencia, me explicaba una ecuación que parecía no tener fin. Su voz era suave y tranquila, pero yo no lograba concentrarme en las matemáticas. Tenía la mente ocupada en algo más importante: invitarla a salir.

No entendía por qué me sentía así. Nunca había tenido problemas para hablar con chicas, pero con Anna era diferente. Había algo en su sonrisa, en la forma en que movía las manos al hablar, que me hacía sentir nervioso. El pensamiento de la apuesta rondaba mi cabeza, pero también algo más, algo que no quería admitir.

—Entonces, solo necesitas mover este término aquí —dijo Anna, señalando el cuaderno.

Asentí, fingiendo entender, pero en realidad, mi mente estaba trabajando en cómo invitarla a salir sin parecer un idiota. Respiré hondo, intentando calmar mis nervios.

—Anna —dije finalmente, interrumpiéndola.

Ella levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los míos.

—¿Sí? —preguntó, esperando a que continuara.

Sentí mi corazón latir más rápido. Nunca había sentido esto antes. ¿Por qué con ella? Tragué saliva y decidí arriesgarme.

—Quería preguntarte si... —comencé, pero las palabras se me atascaban en la garganta—. ¿Te gustaría ir al cine conmigo este fin de semana?

Anna se quedó en shock. Sus ojos se abrieron un poco más, y por un momento, pensé que había cometido un error terrible. No respondió, y la tensión creció en el aire. Sentí que el tiempo se detenía y mis nervios aumentaban con cada segundo que pasaba.

—Anna, ¿te gustaría? —repetí, esperando alguna señal de vida.

Ella pareció salir de su trance y parpadeó rápidamente.

—Sí —respondió finalmente, una sonrisa tímida apareciendo en su rostro—. Sí, me gustaría.

Solté un suspiro de alivio que no sabía que estaba conteniendo. Le devolví la sonrisa, intentando ocultar lo aliviado y feliz que me sentía. Volvimos a los libros, pero esta vez, todo parecía más ligero, más fácil.

Llegó el sábado y yo estaba en mi habitación, con el armario abierto de par en par y la ropa esparcida por toda la cama. Esta era la primera vez que me sentía así de nervioso por una cita, y no lograba decidir qué ponerme.

Miré mi reflejo en el espejo, preguntándome si debía optar por algo más elegante o mantenerlo fresco y descomplicado.

Primero, probé una camisa blanca de botones con jeans oscuros. Me miré en el espejo, girando para ver todos los ángulos. No estaba seguro. Tomé una foto y la envié al grupo de chat con Sammy, Kris y German.

Javier:

¿Qué opinan de esto?

Mientras esperaba, cambié a una camiseta negra y una chaqueta de cuero. Me veía bien, pero tal vez era demasiado. Otra foto, otro mensaje al grupo.

Javier:

¿O esto?

Las respuestas llegarón rápidamente.