Capítulo 29 El final del camino.

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Otomandi el hermano menor grita:

— Brotha (¡hermano!)

Se levanta como puede mientras sorprende a los soldados sobrevivientes. Medio ciego y con su lenga busca el calor de su hermano, y se guía atientas con su lengua, allanándose un camino por la ciudad destruida.

Su desespero aumenta cuando ya no siente su presencia telepática. Y entiende que algo muy malo ha pasado. Y es entonces cuando encuentra el desgarrador final de su hermano mayor.

Con su único ojo, ve el cuerpo de su hermano Sifiro tendido en la piscina que se había formado, y como la cabeza de su hermano descansa sobre ruinas. Desprendiendo un olor quemado.

Sifiro se rompe y mira desolado su situación:

—Brotha, um perka ni ka sento (hermano, lo siento. No te pude proteger) thinka, nep un sen fath (mi debilidad te ha matado) sen to pranka mi um igda (pero yo, ya no puedo pelear, tendré que huir) lo ka minsa (exiliarme) Ni ka sento, brotha (lo siento hermano) ni ka sento, matrirk(lo siento, matriarca)

Y la serpiente se marcha. Y se dirige al mar mientras se perdia en las profundidades .

Fredys y Ar Dumis se incursionaron a la ciudad abandonada y atestiguan una ciudad destruida. La gran parte quemada, hay humareda por todos lados, casa y calles carbonizadas, escombros derretidos. Aguas negras y coloreadas por el carbón.

Ar dumis y Fredys gritan el nombre de su diosa, mientras se abren paso por los charcos.

Hay solo siete sobrevivientes; y estos empiezan a buscar por todos los lugares gritando el nombre de sus gobernantes.

Fredys corre a las ruinas de la torre. Lo primero que ve es el gigantesco orbe roto incrustado en el suelo.

Ella se sorprende al verlo y se acerca más. Pero Ar Dumis camina a su lado y la sorprende, él se acerca a los escombros y va quitando las rocas para abrirse paso hasta la torre. Fredys ve esto y pierde su interés de tocar el orbe.

Otra chica se acerca también, es Irene Delaver que busca con desespero a su dominata, igual Purpurea que corre a los escombros.

Y van quitando, y apartando los remanentes de los muros y las columnas de la torre. Pero no ven nada.

Hasta que notan muy de cerca, el cuerpo de la serpiente. Y se encuentra con un panorama desolador, con la cabeza de la vívora tirada al lado. Ellos se sorprenden al ver el cuerpo acéfalo y con su corte cauterizado.

Los que sobrevivíeron encuentra la cabeza con su boca abierta y con sus colmillos amarillos, sus órganos por donde su aliento gélido se producían, estaban totalmente bloqueados por hielo y el vaho que desprendía aún era frio y escarchado.

Todos los testigos, siguieron buscando entre la laguna de agua sucia, con la esperanza de encontrar algún indicio de las chicas.

Ar Dumis sube una colina de despojos de la torre, y encuentra una pared intacta. Y va tirando de los bloques ayudado por Fredys y las niñas rojas.

Hasta que encontraron el cuerpo de Alizes.

Purpurea, Fredys, Irene, Ar Dumis y todos los que están ayudando en la búsqueda, se quedan perplejos y aterrorizados con la escena.

Ellas lloran al ver a la dominata decapitada, y a la diosa Alizes acostada en su propio charco de sangre.

Ar Dumis se cerciora de que ella aun sigue viva, y pone su oreja sobre el pecho y escucha los latidos.

Grita a todos que aun sigue viva. Y la sacan con una camilla improvisada. Purpurea les grita:

— Hay que sacar a nuestra Dominata también. Busquen lo que sea para armar una camilla.

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora