Capítulo 19 La era de Victoria Black: Encuentros inesperados parte II.

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Raynard y Victoria hablaban, de quién sabe qué cosas. Pero de igual manera se disfrutaba su compañía, reían y se molestaban. Millar quien los observaba, reía por la gran pareja que se había formado justo en ese momento donde el sol cálido abrasaba el desierto. Entonces como muy pronto las demás se iban a levantar, intervino para que pudieran centrarse en el avance.

— ¡Chicos!— Grita Millar. — Que están haciendo.

Raynard se levanta y le dice:

— Que bueno que llegaste, porque esto era lo que quería mostrarte.

Y observa el inmenso lago que había y le dice:

— ¿Que con este lago?

—Es mejor que las levantes a todas, porque de aquí en adelante se pondrá interesante la cosa.

* * *

Del otro lado del mundo.

Zastrozz había llegado a Ouro para buscar un aliado muy poderoso. Cosa que no encontró por que la reina de Ouro no se encontraba. Amber Gold viajaba en su Globulus blanco hasta Ouro para descargar toda la mercancía que había podido sacar de Well river. Y viajaba con su amante Dangor el bospelante.

El almirante de la nave se percata de que la guardia real estaba a las afueras del castillo y la bandera ondeante del Imperato izaba a toda claridad. Amber se extraña de su inesperada visita y le dice a Dangor si sabía algo al respecto. A lo que niega saber cualquier cosa relacionado con su amigo. Entonces deducen que si no sabe nada de la mina, lo único que podría ser es que la guerra no esperaba a nadie.

Amber se anuncia y Zastrozz que estaba comiendo: Se levanta de la mesa para recibirla.

— Mira a quien tengo aquí. Si es nada más ni nada menos que Zastrozz Gold, mi medio hermano bastardo que solo viene cuando necesita algo.

— Oye Amber, vas a empezar ahora.

— ¿Empezar? Tú nunca me escribes o me relacionas. El único que me apreciaba de verdad era mi hermano Goud que murió a manos de esa despreciable mujer de cabello azul, como sea que se llame. Y tú solo vienes para que te ayude en esta guerra.

— En primer lugar; tú te acostabas con él, y en segundo lugar esta guerra nos concierne a todos.

— Pero por lo que veo, tengo más tropas que tú, más naves y mejor defensa que tú. Si llegan aquí, yo misma puedo defenderme. Y por si no lo recuerda hermano, tengo total soberanía. Ni siquiera el Imperato podría ordenarme que hacer en mi propia casa.

— Aun no eres la reina.

— Mientras mi madre no esté, yo soy la reina— Grita Amber toda ofuscada.

— Oye Amber no sé cuál es tu rabia contra mí. Pero lo siento, sabes muy bien que aunque nuestras madres sean diferentes tú siempre serás mí...

— Aunque sea verdad, ¿porque te avergüenzas de mí? Sabiendo que soy una reina.

— Bueno, es que tu...

— ¿Es porque soy promiscua? ¿Es por eso?, por qué crees que soy una...

— Ya fue suficiente— Dice una mujer mayor, pero igual mente hermosa. No se había visto una mujer tan solmene en todo el sentido de la palabra. De caballera dorada que se inclina a ser plateado y de ojos tan reluciente al oro que parecían verdaderas joyas. Era más alta que Amber y por ende a Zastrozz. Y caminaba con tanto orgullo, que hacía que cualquiera se inclinara con tan solo verla.

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora