Capítulo 36 Cruzada.

53 6 9
                                    


A la hora determinada, la ciudad empezó su algarabía por los afanes del juego. El tumulto gritaba que empezaran ya, y es cuando a las demás mujeres las enviaba al coliseo en palco diferente para disfrutar la pela. Los gobernantes disfrutaran del espectáculo en un palco mayor.

Las prometidas de cada rey se levantan para tomar su carruaje y dirigirse a las arenas. Pero Zastrozz me indica que había un cuarto destinado para mí. Para que pudiera alistarme y quedar lista como lo que era, una diosa.

Mra me prepara un baño aromático, y me alista los vestidos azules. Con los accesorios del cabello y las extensiones, todo ello fue pensado en mi look, tanto mis ojos azules como mi cabello.

Ella se tomaba su tiempo colocando cada hijuela, cada cinta y cada dobladillo, en su lugar. Me recogia el cabello y lo envolvía en varios broches azules hermosos, adornado con 'pendientes azules de diferentes matices.

En si estaba hermosa con todos esas cosas puestas, se me escotaba el pecho y los hombros, y la cinta azul celeste apretaban mi abdomen, y pareciera que mi cintura fuera más ancha y mis pechos más grandes. Y es ahí cuando pienso en que diría él si me viera de esta forma, si no me quitaba el ojo de encima cuando estaba con esos harapos góticos, ahora que me han arreglado como seria... como seria.

Esa melancolía me invade de nuevo. Mra deja cerca el libro de los caracoles, y yo lo guardo con recelo.

Su divinidad Alizes. — No me digas así— respondí a Mra, — Lo siento es la costumbre.

Al bajar por el castillo, deslumbraba tanto mi belleza que muchos soldado se paralizaron, tanto mujeres como nobles no podían dejar de verme. Mra hace traer un Palanquín para ser llevada por manchados. Yo no quería poner peso en ellos, pero ellos insistieron. Así que al sentarme en el colchón, ellos me subieron con sumo cuidado para no alterarme cuando me alzaran.

No sabía cómo sentirme respecto a cómo me exhibían, pero por los caminos la gente se arrodillaba. Y es cuando sentí por un instante como mi bellos del brazo se erizaban... tal vez de los nervios.

Mra me seguía de cerca y sonreía, yo me sentía muy ridícula, pero todo pasó muy rápido porque llegamos muy rápido al coliseo donde sucedería toda la acción. Estaria en el mismo palco con los gobernantes. Las mujeres estaban cerca en las arenas en un cuarto adornado de rojo con manchados que les surtían de algún servicio de comida y mensajería.

El hombre que Stained Bai había escogido, baja para centrarse en el estadio y grita:

—Nobles y manchados de cada casta, sean bienvenidos al juego más esperado por ecos y Socses, ¡el Rodoolckan!

La algarabía no se hacía esperar, la muchedumbre inicia el griterío de júbilo por los juegos.

Un juego donde solo uno puede sobrevivir, como saben solo 4 castas pueden presentar su Arion para el juego, entre los Redgroouk, los Berserker, los Browm, y los Manchados, pero antes de hacer la presentación demos la bienvenida a cada cabeza suprema de cada raza, cada cabeza trae consigo algunos nobles y virtuosos de sus casas que han patrocinado el juego, iniciemos primero dando gracias a su casta por ser el anfitrión de estas arenas rojas de Ruogen; demos un gran grito de júbilo al Dominato Dominaciones ¡Myleron Rot!, el más poderoso de todos los rojos, sus llamas son capaces de consumir hasta el cactolium más duro, no se inmuten, no se contengan porque ¡el Dominato está aquí!.

Y la tribuna estalla de griterío.

El siguiente es nada más ni nada menos que uno de los hombres que manejan el rayo y el trueno, después de la muerte de su antecesor, y rechazado por otro dorado a su sucesión el siguiente en la línea del esterio imperio es ¡Zastrozz Gold! el nuevo Imperatus Imperio, ¡griten! y ¡sufran plebeyos!

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora