Capítulo 11 . La llegada de un nuevo día.

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Amanecía, y yo no pude dormir mucho pensando que ha iniciado la carrera de mi joven Dark, literalmente ya me emocionaba de que él tuviera las agallas para venir por mí, pero eso ya pasaba a otro plano por que ahora me preocupaba la segunda prueba de este día.

Tocan la puerta, Mlroises abre y me hace señas de que me aliste, yo sabía que esta vieja hablaba pero me contenía en no decir nada, así que me levante y me fui con ella, no sin antes tener bien guardado la daga que ayer me preocupó.

Ella vuelve y me baña pero no me vuelve a echar esas cosas de aroma deleitables en mi baño habitual, sino solo agua es lo que me echa, y me seca con la misma toalla de ayer y me da otra túnica blanca.

Y cuando pasaba por los pasillos, en esa misma mañana vi un incendio en el campo donde estaba ayer reflexionando, y me asuste un poco pero luego recordé de Yguest cuando dijo que era flameantes, estos árboles ardían en las mañanas y todas las noche volvían a ponerse verdes, como si no se hubieran encendido en fuego, y entendí la metáfora yo lo bauticé el árbol fénix.

Cuando sigo con ella después de ver ese espectáculo, me guía de nuevo al salón donde el hombre de hábito negro abre las puertas y me recibe con la misma silla.

Todos estaban en su sitio de nuevo, Yguest que parecía ser el representante en ese momento de los electores, habla y dice:

— Espero hayas dormido bien Alizes, ya tenemos preparado las pruebas y todo será decidido hoy mismo, queremos saber de una vez por todas tu origen, empezaremos con la autenticidad de tu cabello, hemos traído a "eso" tres sustancias que se utilizan para remover todo tipo de pinturas corporales ¿estas preparada?

— Si, lo estoy.

— Muy bien traigan el despescuador.

El hombre viejo de hábito negro trae una silla con un tipo de guillotina, yo me asusto porque pensaba que me querían cortar la garganta pero luego me doy cuenta que solamente querían trasformar esa máquina de tortura en una silla de lavado de cabello como los que tienen los salones de belleza, y no quería imaginar que era lo que hacían con esa silla.

El hombre tardó un momento en sacar las partes que no necesitaba y ponerle una vasija debajo del cabezal de la silla.

— Bien procederemos, traigan las sustancias— dijo Yguest.

Mlroises y el hombre viejo de hábito negro traen tres vasijas cafés, y en cada uno tenía un nombre diferente.

— Muy bien, Alises por favor recuéstate, ¡Mlroises trae el manto!

Mlrosies cubre mi pecho con un manto blanco y sacan todo mi cabello para remojarlo. Al lavarlo por completo, Yguest grita al concilio:

— Empezaremos con uno de las tres sustancias predilectas para remover pinturas, este es Rizasa; traída desde las frías montañas de las costas oscuras, verteré una gota y veremos que sucede.

El vertió una gota al recipiente de cristal donde tenía el agua y se torna purpura, luego lo riega en el cabello, pero no hubo resultado, mi color azul aún se mantenía en mi cabello.

— Verteremos la cantidad máxima permitida para la remoción.

Ygueste vertió un poco más hasta donde le era permitido. Pero no había resultado, y yo miraba como se desilusionaba y pronto gritó:

— Rizasu no surtió efecto, proseguiremos con Melaneo, traído desde el desierto de iteroi.

De nuevo mescló con el agua pero esta vez en mayor cantidad, el agua se tornó marrón oscuro y dijo:

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora