Capítulo 13 La gran alianza.

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Alizes montaba a esa monstruosa bestia sin ningún reparo, y los líderes de cada escuadrón le seguían detrás de ella.

Primero era Fredys de la frey con su armadura dorada y sobre su corcel de dos cuernos, luego Lcios Iron también con su armadura y sobre un corcel más grande que el de Fredys pero de un cuerno y de un color marrón, andaba por las calles con mucho orgullo. Le seguía Ar Dumis que montaba su corcel de tres cuernos de color blanco con manchas café. Luego el legionario Algornoz montado sobre un caballo blanco sin cuerno y de pelaje plateado, Y por último el centurión con un caballo similar al de Algornoz pero de color blanco. Todas las tropas les seguían a pie y las unidades móviles de cuerpos junto a los líderes de maestría que llevaban las carretas con los artefactos que ayudaron a aganar la batalla le seguían.

La entrada estaba atiborrada de gente, que los esperaban. Los guardias hicieron saludo de respeto, y los elogios no se hicieron esperar. Todos gritaban "Valquirias de fuego" y pétalos de flores llovían sobre ellas como agradecimiento. Y los aplausos y los enaltecimientos llegaron a ellas que no esperaban tal cosa de la misma gente que decía que ellas merecían morir por ser impuras.

Fredys miraba a Ar y a las demás valquirias que también estaban sorprendidas y alegres de que las aprobaran. Los niños corrían al lado de ellas y daban flore; Como Carcancias y lomerias violetas. Ar Dumis estaba también feliz de que la gente apoyara a las Valquirias que reía de felicidad. Lcios no le importaba, y el legionario y el centurión no se sentían celosos. Más bien creían que para ellos también era los elogios, porque siempre las mujeres de la multitud los veían con deseos gritándoles cosas.

Los soldados fueron felicitados y les daban la mano para decirles que hicieron un gran trabajo. Los heridos fueron glorificados por su desempeño. Y las familias que buscaban a los que murieron en batalla lloraban pero se enorgullecían.

Era un momento decisivo para todos, la desgracia de la guerra fue superada ligeramente por la exaltación patriótica de la diosa que supone esta de su lado.

* * *

El día pasó: los muertos fueron enterrados, los soldados condecorados, y los suministros reabastecidos.

Los de alto mando tomaron un descanso con sus familias, y la diosa que aún estaba un poco exhausta: Miraba con gran concentración a Parom.

Ella se había bañado, vestido, alimentado, y preparado para tomar decisiones importantes esa tarde esperando que alguien como los mensajeros de los centuriones llegara con noticias devastadoras sobre conquistas, o retaliaciones.

Pero la derrota de los saambal fue tal, que nadie llegó.

Sola, y sentada en su trono azul mirando ese aparato, he invadida por la duda de tomarlo de nuevo. Soltó un suspiro y se levantó de su puesto para dirigirse al gran pórtico que tenia de ventana con vista a la ciudad.

Ella ya no escuchaba su otra personalidad, estaba totalmente sola en su interior y con grandes deseos de conocerle a un más.

La psicometría le permitía vivir momentos tocando a Parom, y ver lo que Raynard aventuró todo este tiempo mientras era perseguido. Pero al hacerlo correría el peligro de ser contaminada por esas energías negativas, que aplastarían su cordura.

Cuando estaba a punto de tocarlo. Un gran bullicio sorprendió a Alizes que la hizo mirar afuera.

La multitud no dejaba ver con claridad lo que se aproximaba al castillo. Pero al no poder ver, Kiros entra para avisar la llegada de Rubí Carmesí.

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora