Capítulo 26. La era de Victoria Black: El resultado final.

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Una de las mujeres que estaba cerca de la fogata le pregunta a Gisel:

— ¿Que decía el mensaje?

— Que no podríamos vernos en algún tiempo.

— ¡Ajá! — Exclamó Nona. —Sabía que ese mequetrefe tenía algo planeado. Te utilizó para poder saber algo sobre los traidores.

— Eso no tiene sentido— Dice una de las mujeres. — Si la estaba utilizando, ¿Por qué, le advirtió sobre los guardias?

— Además, que su padre fuera el que estuviera al mando de esas operaciones, y que su hijo estuviera con una manchada, sería algo muy sospechoso. Debió guardar las apariencias.

— Eso pensé yo— Respondió Gisel. — él dijo que no quería verme involucrada. Y que mis padres fueran arrestados, cuando él mismo me dijo que les advirtiera...No tenía sentido, y ya no sabía que pensar. Mi hermana estaba ocupada con las cosas de la casa, y yo... bueno, yo simplemente estaba distraída. No sabía que especular o como sentirme respecto a Cramer. ¿Podría ser él, el que me traicionó? Fue lo primero que me pregunté. En primer lugar ¿Cómo supieron de los traidores ocultos en esas comarcas, quien les habrá dicho? Estaba segura de que nunca comenté nada acerca de eso a Cramer. Pero si su padre era el que comandaba la purga, entonces: ¿Cómo supieron de ellos? Alguien tendría que haber traicionado a la comunidad, y es algo que hasta ahora no he descubierto.

Dejaron ver a nuestros padres. Pero la visita fue desastrosa, me acusó de traición. Mi madre ya no quería hablarme.

Porque fui la única que les advirtió constantemente sobre la persecución inminente que recaería sobre ellos. Pero ellos lo malentendieron, y creyeron que fui quien los entregó a la guardia. Mi hermana me defendió, como siempre ha sido. Pero si me cuestionó mi sobre exaltación a causa de los hombres en ese entonces, se preguntó sobre donde había sacado esa paranoia con los guardias. Los ereisers en las requisas pasadas no habían encontrado nada hasta ahora, y nadie aparte de nosotros se estremeció con el hecho de que ocultábamos Maltuinos. Mi hermana sospechaba algo sobre mí, y creyó que sabía algo al respecto.

Nona le dice:

— Tu error fue habar confiado en ese dorado.

Las mujeres, le reprochan ese comentario a Nona. Luego una de ellas dice:

— Gisel, aunque Nona sea una impertinente. Hay que reconocer que si es extraño que ese muchacho actuara como actuó. Pero Cosas como esas, le pueden ocurrir a cualquiera. Los manchados nacemos cuando nobles de diferentes razas se enamoran y engendran. En tu caso, ese muchacho puede que... si se haya enamorado de ti, pero en su caso, no pudo haber hecho algo mejor para ayudarte.

— Yo opino lo mismo, creo que se enamoraron en el tiempo incorrecto. A como estaba la situación, los hechos contados se alinearon para provocar lo que nos cuentas ahora muchacha. Era inevitable que todo eso ocurriera y que la tragedia no llegara a tu casa.

— Amy tiene razón— Dice Nona, — Aunque ese chico te advirtiera, tus padres inequívocamente tomaron una mala decisión. Nada hubiera cambiado.

— Yo llegué a esa misma conclusión. Mi hermana era la que siempre me apoyaba y mantenía el optimismo de que Dinilius los soltara. Hasta que...

Gisel empieza a cristalizar sus ojos con lágrimas, y recuerda ese fatídico día.

— Dinilius mandó armar en la plaza, las plataformas de decapitaciones. Y sentenció a muerte a todos quienes habían sido capturados, entre esos estaba incluido mis padres.

Nona le para y decide que ya no cuente más su historia. Su situación actual era tan trágica como cualquiera de los que estaban saliendo de la ciudad. Luego dice:

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora