Capítulo 18 Saga de OldWorld: Leyes.

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Esa noche me reuní con Kiros en privado para que me diera las noticias completas, porque aún no creía certeramente en esas falacias.

Mientras todos comían y bebían yo esperé en mis aposento en la cúspide de la torre de canopia, para que Kiros trajera las cartas.

Kiro llega y me informa:

— Alizes, siento mucho lo que paso, yo...

— Ahorra tus palabras y ve directo al grano.

— ¿Cuál grano?

— Solo dime las noticias.

— Esta bien, veamos, recibí tres cartas, un de la torre de los cielos, otra de montañas altas, y una del espía sin nombre.

— ¿Y qué dice?

— Bueno empezaré con el espía, este hombre dice, que vio caer al Dark estrellarse en el océano después de que mato una ballena blanca voladora, si el impacto no lo mato lo haría la tormenta, y si no lo mato la tormenta, lo harían las criaturas marinas.

Yo al escuchar eso, me sentí escéptica de que mi Dark pudiera sobrevivir a todo eso, y me sentí ofuscada con migo mismo por no ayudarlo antes.

— Después, recibí noticias de mi amigo que tengo de torres altas o la torre de los cielos es igual, dice que enviaron a un grupo de eruditos y maestros para estudiar la montaña estonea que exploto en la ciudad de las tormentas.

— ¿Qué?

— La montaña estonea era donde se situaba la ciudad. Y la última carta es de montañas altas, otro amigo que tengo allá dice, que la energía que provocaba la ascensión de las aguas a la ciudad, podría estallar en cualquier momento y producir una catástrofe.

— ¿Qué tipo de catástrofe?

— la carta dice: las aguas devoraran las islas de Or, inundara las costas en el Ap y grandes olas se acercaran al mar de Raimfarben e islas negras.

— Eso suena a un Tsunami.

— No dice más, mi señora— Dije yo.

Pero estaba tan conmocionada de la noticia de mi chico, que es anoticias no me entraba en preocupación, Kiros había leído sobre una tal montaña no sé qué, solo leía sus labios porque mi mente se había ido ya hace mucho pensando en todo.

Hice que Kiros se retirara para yo poder desahogarme gritando y lamentándome por la muerte del Dark, tiraba cosas, las rompía y lloraba con gran ira. Gritándole a él, y a la vida, de que fuera una maldita, me enfadé con él por no resistir, o por ponerse en peligro, me gritaba a mí misma por no hacer más.

Mi llanto fue tan duro que parecía que fuera acido lo que salía de mí porque me ardía el rostro, me sentía muy caliente, y aun con ira.

— ¿Por qué?— Gritaba entre lágrimas— Eres un idiota, un maldito idiota, ¿porque no resististe un poco más?, te hubiera aceptado... ahora ya no estas, ¿ahora qué debo hacer? ¿Debería rendirme?

— ¡Oye tú!

La mujer igual a mí reaparece en la ventana y me dice:

— ¿Dejaras que esa noticia destruya tu ser? Que patética, pensé que habías mejorado.

— Si tú eres yo, eso quiere decir que ¿yo misma me estoy insultando?

— Ah, no te confundas, es cierto que yo soy tú, pero soy lo mejor de ti, ¿quién crees que encaró a Dangor cuando este te amenazo? Existo por que la tú de ahora es falsa, y la yo que soy tu es la verdadera, siempre he sido la verdadera, pero desde ese día, tú me ocultaste.

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora