Capítulo 9. Las dos batallas de Federg Zholty. Parte II.

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Zholty empieza apilar los muertos de ambos bandos. Y libera a los esclavos. Le lleva toda una tarde hacerlo.

Un puñado de obreros mal entrenados aun en cantidad no era suficiente para acabar una caravana de mercenarios y asesinos. Ese capataz había tomado una mala decisión.

Y revisando todo el lugar se da cuenta que no era un campo de concentración para el tráfico de manchados. Entiende que era una mina. Y al entrar a la cabaña del capataz. Observa con detalle todo lo que quería ocultar ese hombre. Observa la caldera con papeles quemados y revisa los cajones y no encuentra nada salvo una cosa.

El muy tonto no se había deshecho del mapa que conducía al otro yacimiento aún más grande de telactita pero purpura en Well river. La única costa no destruida por el Tsunami.

Entonces escucha voces por un tubo cornucopico y presta atención a lo que dice:

— ¡¿Hay alguien hay?! ¡¿Me escuchan, por favor alguien?!

— ¿Si, quién es?

— ¿Capataz? ¿Es el capataz?

—No, él está muerto. Mi nombre es Federg Zholty de la comunidad Maltuina. ¿Quién habla?

— Mi nombre es Dorton. Soy un esclavo a órdenes de Edquina. De un momento a otro estallaron las entradas y muchos de nosotros quedamos aquí encerrados dentro de la mina. Las raciones de comida y agua son muy pocas y queríamos saber por qué se nos dejó aquí.

— ¿Qué? ¿Acaso los enterraron vivos?— Zholty se agitó por pensar nuevamente en que este lugar los tenía esclavizados para la extracción de algún mineral. Y que el capataz había enterrado vivos quien sabe a cuantos manchados. Luego quería llorar de la rabia y se calma para poder pensar mejor. Se sentía como un hipócrita por haber ignorado antes lo que sus espías les había contado.

— No se preocupen. La comunidad Maltuina se encargara de ustedes... Por ahora mantenga la calma —.Ese remordimiento lo acusaba y lo hizo estallar; destrozando todo lo que había dentro de la cabaña. Luego cuando Dorton sigue preguntando este le dice:

— ¿Aún sigue ahí señor Zholty?

— Sí.

— Algunos mineros encontraron paredes que comunican a varios socavones. Y hay más de nosotros en vario lugares... Creo que esto es imposible.

— Encontraré la manera, no desistan.

— Señor Zholty. Esto no está funcionando. Los socavones que nosotros mismo cavamos están en puntos ciegos y la única salida fue la que estalló.

Zholty llora.

— Muy bien. Debe haber algún lugar en el que se pueda perforar y llegar alguno de los túneles. Y salvarlos a todos.

— No gaste tiempo en nosotros unos simples mestizos. Ya la gran mayoría murió por el derrumbe. Y solo nos queda como dos o tres icsex. Tan solo cumpla una petición humilde de este esclavo señor Zholty.

Zholty no quería, y se decepcionó al final. Lo que hace es llorar en silencio mientras escuchaba a Dorton proponerle algo que para él era imposible de realizar.

— Señor Zholty, por favor detone la mina. El capataz al parecer no pudo encender la otra carga y eso fue lo que produjo que no nos enterrara del todo.

— ¿Qué me crees para pedirme eso? ¿acaso ya perdieron la esperanza de vivir? No soy tan cruel como para enterrarlos vivos.

— Señor Zholty, si detona la última mecha. La explosión nos matara inmediatamente. No estaríamos sufriendo como lo hacemos ahora. Por favor no nos deje vivir un minuto más en este infierno. No hay garantía de que usted o su gente puede penetrar toda la tierra y encontrarnos a tiempo.

— No. Debe haber alguna manera de salvarlos.

Cuando Zholty pensaba en cómo ayudarlos. Un hombre le comunica una carta de Sugy.

— Zholty, Sugy nos avisa que nos enviaron refuerzos desde el hemisferio Ap. Al parecer quieren que investiguemos la mina.

— ¿A quién mandaron?

— Red Gules.

— El bastardo. Ese mald... Un momento. Si Red viene, quiere decir que lo enviaron con su navío ¿no es así?

— Bueno. Puede ser: su esposa se quedó como refuerzo, así que al parecer es solo él con su tripulación.

Zholty vio él mapa colgado en la cabaña y miró la cornucopia. Observó con gran detalle que había otra mina igual en well river. Así que tomó el mapa y es cuando ideo la manera de sacarlos vivos de ahí. Le dijo subordinado de confianza que reuniera a todos los 25. Y juntó a los esclavos manchados que quedaron.

Zholty le dice a sus veinticinco:

— Todos usted vienen conmigo— Ahora se dirige a su hombre de confianza — Ethan, organiza a los manchados y convence a los que quieran venir conmigo y busca a alguien que sepa sobre la mina en well river. Nos encontraremos con Red Gules en la costa.

— ¿Qué, con ese bastardo? Con nosotros es suficiente atacar otra mina clandestina. No necesitamos a ese infeliz.

— Si, solo nos estorbaría— Gritan los hombres inconformes.

— ¡Ha callar! Él es un Maltuino como nosotros. ¡Más respeto!

— Pero jefe. Es un traidor... dejo que un Dark se subiera a su nave.

— Si, y también su esposa que mató a uno de los nuestros.

— Eso no importa. Ahora es un cha le most. Y tiene el título Spirrow cosa que nadie más tiene. Así que por muy bastardo que sea, él nos ayudará, primera regla Maltuina.

Vamos a salvar a todos estos esclavos. Cuando nos vallamos, Ethan estará a cargo. Escucha muy bien Ethan. No sabemos si hay más minas ilegales cerca, pero si encuentras alguna fuerza enemiga, huye y dirígete al reino rojo... Y otra cosa, mantente en contacto con Dorton: dile que, no desfallezcan que muy pronto los salvaremos.

Zholty hace que sus hombre ensillen y cabalgan con la luna semi roja a su espalda.  

Al otro lado del lago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora