Amigos

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El sol cubierta la fortaleza roja con su luz, el viento cálido del verano refrescaba y el canto de los pájaros y dos voces bajo un árbol en el jardín se escuchaba en el jardín.

--Asi que.. ¿Te ibas dejar llevar por lo que te dijo Daemon?--

--El me contó lo que tú madre le hizo a Rhaenyra, y yo creía que serías igual que ella. Así que, si--

--Eso es estúpido-- respondió. Aena lo miro con el ceño ligeramente frunció y se levantó de sus piernas.

--¿Te enojaste?-- pregunto el mientras la miraba sentarse a un lado suyo.

--No--

--¿Entonces por qué te levantaste?, te veías cómoda-- Una sonrisa se había formado en los labios del Velaryon.

--Queria estar sentada-- dijo ella.

--No te creo--

--Cree lo que quieras--
.
.
Aena y el joven Laerys Velaryon habían estado conociéndonose desde ya hacia unos días. Los dos jóvenes se dieron cuenta de que ambos compartían más cosas en común de lo que creían y ambos comenzaron a formar una amistad.

Ahora se encontraba bajo un árbol en los jardines de la fortaleza roja, aena tenía su cabeza recostada sobre las piernas del Velaryon mientras esté le acariciaba el cabello, ambos habían estado compartiendo lo que pensaban el uno del otro hasta el momento.

--Aena, ¿Puedo preguntarte algo?--

Aena volteo a ver al Velaryon que ya la observaba, la peli blanca asintió y este volvió a hablar.

--Tu y Jace, ¿Hay algo entre ustedes? Se que estás comprometido pero, los he visto juntos esto días y no se..--

--Jacaerys es solo mi amigo, mi sobrino. Hemos estado juntos pero solo para ponernos al día de todo lo que habíamos hecho en el tiempo que no nos habíamos hablado-- Explico aena.

--Lamento si mi pregunta te incómodo o molesto, solo quería aclarar las cosas--

--No, está bien. Solo preguntabas--

--Si, pero igual me disculpo--

Aena le dió una leve sonrisa al Velaryon y asentía-- Está bien laerys--

Ambos jóvenes siguieron conversando en lo que quedó del día, las horas parecían volar en el tiempo que aena pasaban juntos al Velaryon. Ellos siempre encontrarían de que hablar y el siempre encontraría la manera de hacerla a ella reír. La noche cayó sobre la fortaleza y ambos sabían que era hora de volver adentro.

--Deja te ayudo-- laerys se levantó primero y le extendió la mano a aena.

--Gracias-- aena tomo la mano del Velaryon y se levantó --Entremos--

Laerys asintió y ambos se dispusieron a entrar al castillo. Ambos charlaba y reían por los pasillos oscuros de la fortaleza, aena miraba al Velaryon mientras esté hablaba, la peli blanca se perdió en sus ojos azules como el mar, nunca había notado lo tan hipnotizantes que estos pudieran ser. Laerys seguían hablando, percatándose de la forma en que la menor lo observaba.

--¿Está todo bien? --

Aena pareció salir de su hipnosis --si, si. Lo siento-- contesto apenada.

Laerys soltó una suave risa mientras la miraba --Es solo que, me observabas muy fijamente, por un segundo pude cree que tenía algo en el rostro--

--Dioses. Lo lamento tanto-- Aena bajaba su mirada avergonzada, no había notado el como se le había quedado observando al Velaryon.

--No digo que este mal, solo fue un tanto... extraño--

Amor en guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora