¿Doble lealtad?

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Aena caminaba a pasos rápidos por los pasillos de la fortaleza, la noticia de la muerte de los cazarratas había llegado a sus oído, aunque ella había Sido quien sugirió la muerte de aquellos hombres, no pensó que aegon los dejaría colgado fuera de los muros de la fortaleza. Había estado observando a las personas que habían estado desde el amanecer fuera de las puertas de la fortaleza, escuchando algunas de las muchas cosas que estos gritaban, que eran maldiciones a su rey.

Se detuvo frente a la puerta de los aposentos de su hermano.

--¿Hay alguien con el dentro?-- pregunto al guardia que vigilaba la puerta.

--La mano y sir criston están con el rey, princesa -- contesto este.

Aena se quedó parada junto a la puerta, lo que menos quería era entrar a aquella habitación donde estaba su abuelo, sabía que lo que hacía ahí adentro no era tener una conversación agradable con aegon, sabía que era algo respecto a los cazarratas y claramente ella no quería se incluida en aquella conversación.

Aena lograba escuchar pequeños pedazos de la conversación que ambos hombres tienen, aunque trataba de no parecer interesada, la curiosidad se apoderó de ella cuando escucho a lo que ella creyó que fue aegon hablar.

--Sir criston hizo algo--

Un corto silencio se hizo en la habitación, aena estaba ansiosa y confundida, ¿Que había hecho sir criston?. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la voz de Otto volvió a escuchar.

--¿Y que es lo que.... Hizo sir criston?

-- Envío a sir Arryk a matar a Rhaenyra--

Aena quedó atónita ante aquellas palabras, ¿Matar a Rhaenyra?, sabía que aegon después de la muerte de jaehaerys su sed de venganza había crecido pero, ella no creía que Rhaenyra fuera la que envío a aquellos hombres a cometer aquel acto, ¿O si?.

De todas formas se quedó junto a la puerta, intentaba escuchar más de la conversación, tal vez se había equivocado y habia escuchado mal y no era eso lo que aegon quiso decir, pero era claro lo qué ella había escuchado.

Una pequeña discusión entre Otto y aegon se escuchaba dentro de la habitación, por lo que logro escuchar, aegon quito del puesto de mano a otto y lo había otorgado a sir criston, algo que sin duda ella fuera hecho. Aena escucho como pasos de acercaban a la puerta, se apartó rápidamente y se hizo a un lado, observando como su abuelo pasaba por su lado.

Aena miro dentro de la habitación, entrado a esta y cerrado las puertas detrás de ella. Los dos hombres que quedaban dentro de la habitación voltearon a ver a aena confundidos por su repentina entrada.

--¿Pasa algo, aena?-- pregunto aegon mientras con una ceja alzada a su hermana.

Ella negó --¿Que te dijo el abuelo?--

--Solo estaba molesto por lo de los cazarratas, es todo--

Aena miro al guardia junto a su hermano, por una extraña razón sir criston nunca le agrado a la platinada, y el que ahora el fuera el que envío q sir Arrik a su muerte segura hacia que le terminará de desagradar.

--¿Has visto a Helaena hoy?-- pregunto, mientras volvía a mirarlo.

--No..--

--Ire a verla entonces, lo que venía a hablar contigo ya no tiene relevancia -- ambos hombres observaba como la platinada salía de la habitación.

--Busca a sir Arrik, quiero que la perra de Rhaenyra esté muerta está noche-- dijo aegon al momento que aena cerró la puerta detrás de ella.

--Como ordene, su majestad--

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Sus suaves pasos resonaban por las paredes frías de la fortaleza, el cielo oscuro resaltaba su cabeza blanco a la lejanía mientras la suave brisa lo movía. Aena miraba a sus alrededores esperado no encontrar a nadie en su camino; apretado ligeramente el papel entre sus manos.

Las escaleras parecían ser infinitas para la platinada con cada una que subía, el suave sonido de los aleteos de las aves se escuchaba cada vez más cerca, haciéndola saber que estaba llegado.

Aena camino dentro del pequeño lugar, sacando uno de los cuervos de sus jaulas --No puede dejar que muera-- murmuro para ella misma mientras enrollaba el papel en la pata del animal.

--¿Que hace aquí, princesa?-- cuestionó una voz masculina.

Aena se quedó quita, el miedo recorrió cada parte de su cuerpo, sabía que lo que estaba haciendo era traición y, aunque aegon era su hermano, sabía que si la descubría no la iba a perdonar. Aquellos pasos detrás de ella se acercaron cada vez más hasta que sintió a aquel hombre junto detrás de ella.

--¿Princesa?--

Aena soltó el cuervo de sus manos, dejando que volará con su mensaje. Se dió la vuelta, encontradose con el gran maestre justo detrás de ella.

--¿Que mensaje enviaba?-- cuestión el hombre.

--Le pediré completa discreción, gran maestre-- el hombre la miro con una ceja levanta mientras la miraba de arriba a abajo.

--¿Su madre o abuelo sabe que envío un mensaje --

--No--

--¿Para quien era el mensaje?--

Aena se quedó en silencio pensado en que podía invitar, sabía que no podía decir que era una carta advirtiendo a Rhaenyra de que enviaron a alguien para matarla, claramente no. Los nervios la carcomía por dentro, el hombre la miraba aún en espera de una respuesta, pero ella no tenía una.

--Era para.... Emm, mi hermano--

--¿Su hermano?-- cuestionó sin creer mucho en sus palabras.

--Si, mi hermano Daeron--

El gran maestre la miraba aún sin creer mucho en sus palabras, pero no tenía pruebas de que mintiera.

--Le pediría que no le dijera q nadie ya que mi hermano pesaba en llegar antes de tiempo, ya sabe, por la guerra-- Aena ni siquiera entendía que era lo que decía, pero solo esperaba que el hombre le creyera, aunque sea un poco.

El asintió --Claro princesa, solo vuelva a sus aposentos, no sería bueno que la viera aquí--

Aena asintió y se fue lo más rápido que pudo de aquel lugar.

--No mueras Rhaenyra, por favor-- murmuro para ella misma mientras bajaba las escaleras.

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