La noche había caido con rapidez, la brisa fría entraba a través de las ventanas abiertas al igual que la luz de la luna. Los gritos desesperados de Lucerys se escuchaba fuera de la puerta del hogar de Jhaor, causando que las personas se asomarán desde sus ventanas hacia la casa del pescador con confusión, al igual que otras con preocupación.
Lucerys había salido del pequeño cuarto donde había estado durante algunos días; miraba m confundido todo a su alrededor. Lilith junto a sus padres caminaban detrás de el, intentado calmarlo, pero el castaño no escuchaba lo que ellos tenían por decir. El miedo y confusión se habían apoderado de el, segándolo de algo que ni siquiera el iba a tener respuesta.
Sus pasos eran torpe, tropezado con las sillas, estantes y mesa en la pequeña casa, aunque se sentía débil, intentaba alejarse de aquellas personas desconocidas frente a el. Sus rostro no los podía reconocer ni por todos los esfuerzos que hiciera. El miedo se apodero por completo de el cuando el hombre de aspecto formidable, con una gran barba y cabello largo se acercó a el, sujetándolo por los hombres.
-Calma, muchacho- su voz salió suave y tranquila, intentando transmitir la tranquilidad que el mismo sentía al joven. Lucerys lo miraba con los ojos muy abiertos, aterrado.
Intento dar un paso más atrás, pero las manos del hombre y una mesa detrás de el se lo impedía. Intento decir algo, pero solo logro decir incoherencias. Sus manos temblaban mientras las levantaba para apartar las manos del hombre sobre sus hombros.
Los escasos recuerdos de lo que había pasado, de quienes eran ellos o el no llegaban a su mente, se sentía confundido, desorientado.
-¿Quien es usted?-hablo con la voz temblorosa, mirado a los ojos al hombre frente a el. Podía sentir que se perdía en aquello ojos tan oscuros que lo miraban, eran como la oscuridad, algo que causó que un escalofrío recorriera toda su espalda.
Jhaor bajo ambas manos de los hombros del castaño, soltado un corto suspiro cuando escucho su voz; si no fueran por sus gritos antes, hubiera creído que era mudo.
-Soy Jhaor, un pescador, y quién te encontró- lucerys escuchaba con atención cada palabra que salía de su boca, como si con decirle quien era lograría recordarlo, pero no era así -las dos mujer detrás de mi son mi esposa e hija- Miro sobre su hombro, observando a ambas mujeres que ya lo hacian -¿Tu quien eres, muchacho?-
-Mi nombre es...- hizo una pausa, intentado recordar su nombre, pero no podía recordarlo, bajo su mirada al suelo intentado recordar -Mi nombre es...-replicó. Mordió su lengua, ¿Cómo no sabría su propio nombre?. Se sentía confundido, frustrado. Levantó su mirada de nuevo al hombre frente a el quien lo miraba esperando una respuesta, una que el no tenía -No se mi nombre...-
-¿No sabes tu nombre?- cuestionó -¿Cómo no vas a saber tu nombre?- el castaño se encogió de hombros, aunque deseaba dar una respuesta a eso, ni siquiera el la tenía.
Lilith quien había permanecido a espaldas de su madre paso junto a ella hasta quedar junto a su padre. Examinó al joven frente a ella, había escuchado la conversación y le resultaba confuso que no supiera quien era.
-Asi que no sabes tu nombre... Pero recuerdas más cosas, ¿No?- lucerys bajo la mirada, pensativo. No solo no lograba recordar su nombre, no recordaba nada en absoluto.
-No, yo... yo no recuerdo nad. Ni mi nombre, ni de donde vengo- hizo una pausa para volver a mirarla -ni siquiera quien soy...-
Padre e hija compartieron miradas algo desconcertados.
-¿Cómo no vas a saber quién eres? ¿Cómo es eso si quiera posible?- cuestionó el mayor. Lucerys simplemente lo observaba sin tener respuestas para sus preguntas.
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Amor en guerra
FantasyAena targaryen era hija de Alicent, su lealtad tendría que estar con su familia pero con el tiempo está cambiará a la hora de enamorarse de uno de los negros