Hijo por hijo

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La noche había caido sobre la fortaleza roja, para lo que para muchos era una noche normal, una noche en la que descansaban pacíficamente, para la pobre reina Helaena era la peor de sus noches.

Los suaves sollozos eran mezclados por los quejidos frustrados, intentaba safarce del agarre de aquel hombre pero solo provocó que el cuchillo en su cuello se pegará aun mas, al punto de romper un poco la piel.

--Por favor... No-- imploro, mientras miraba al hombre que sostenía a sus dos hijos. Los ojos asustados de ambos niños la miraban, de par en par.

El hombre que sostenía el cuchillo en su cuello acercó su nariz, pasándola por su mejilla hasta llegar a su oído --Escoge-- susurro.

La reina miraba a sus dos hijos, la lágrimas corrían por sus mejillas y el terror estaba grabado en sus ojos --No, por favor..-- imploro de nuevo. Helaena deseaba gritar, llamar a sus hermanos, el nombre de Aena estaba en el borde de su lengua, pero corría el riesgo de que todos murieran si lo hacía.

Queso solo una carcajada que resonó en toda la habítar, aquella risa, llena de diversión y perversidad helo la sangre de la reina. Jaehaerys tomaba con fuerza la mano de su pequeña hermana, ninguno de los dos lograba comprender lo que estaba pasando, pero sabían que no era nada bueno.

--Tenemos órdenes directas-- dijo sangre quien miraba a los pequeños niños --Un hijo por un hijo-- aquellas palabras solo lograron hacer que la reina llorara aún más, sentido como su corazon se rompía en mil pedazos en tal solo pensar que tenia que escoger a uno de sus hijos para morir.

Aquel pensamientos hizo que su estómago se revolviera,  haciéndola negar repetidamente.

Queso solto otra carcajada, mientras volvía a murmurar algo al odio de la reina --Si no escoges rápido, sangre se aburrirá y puede que busque diversion en la pequeña niña-- murmuro.

Aquella palabras hicieron temblar a la reina, no lo deseaba, y sabía que era ahora el momento de escoger.

Su dedo índice se estiro, señalando a su hija, su única hija, no podia matar a su hijo ya que era el  heredero al trono después de aegon. Los ojos de la pequeña la miraron con terror.

-- ¿Oíste eso niña?-- dijo sangre mientras la miraba con una sonrisa que quedaría grabada en la mente de aquella pequeña niña para toda su vida --Tu mami te quiere muerta--

Aquellas palabras fueron como una daga en el pobre corazón de la reina, había condenado a su pequeña hija a morir.

Helaena con sus últimas esperanzas murmuro un último por favor a ambos hombres frente a ella, a lo que sangre y queso solo rieron ante sus súplicas.

--Por favor... Mantenme a mi-- dijo Helaena, a lo que sangre negó.

--Una esposa no es un hijo-- con esas palabras la reina lo entendió todo.

Con eso, sangre saco su cuchillo, cortado de un solo golpe la cabeza del primogénito de la reina, la sangre cayó sobre la pequeña jaehaera quien habia observando como la cabeza de su hermano habia  caído a sus pies.

El sonido de cuerpo del pequeño caer al suelo saco a la mujer de su estado de shock, la sangre corría por todo el suelo, dejando a ambas mujeres en un estado de shock mientras ambos hombres salían corriendo con la cabeza del pequeño.

--No...-- susurro mientras miraba el cuerpo de su hijo en el  suelo. Helaena corrió rápidamente hasta su hija, tomándola en sus   brazos, la pequeña lloraba mientras Helaena salía de aquella habitación.

Los sollozos de la niña se escuchaba por los pasillos oscuros y solitarios mientras la reina corría por ellos. Helaena bajo escaleras, y corrió por pasillos hasta llegar frente a unas puertas, abriéndolas de golpe.

Aena se sobresalto al escuchar las puertas abrirse de golpe, pero lo que la sobresalto aún más fue ver a su hermana y sobrina cubiertas de sangre mientras estás se sentaba en el suelo.

--Helaena-- aena miraba su hermana, un mal presentimiento se hizo presente en ella.--¿¡De quién es esa sangre, Helaena!?-- preguntaba histérica mientras se levantaba de la cama.

La mirada de la mayor estaba perdida en el suelo mientras mesia a su hija quien no dejaba de llorar.

--Helaena, por favor hablame, dime de quién es esa sangre--dijo mientras se arrodillaba frente a ella.

Helaena levantó su vista, sus ojos estaba rojos de tanto llorar y una pequeña herida en su cuello sangraba --Mataron a jaehaerys--

Aquellas palabras helaron su sangre, aena se levantó, sintiendo que podría desmayarse en cualquier momento --Quedate aquí-- dijo mientras caminaba hacia la puerta.

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Aena observaba la sangre sobre el suelo mientras se acercaba cada vez más a la habitación de su hermana, la lágrimas durante el tiempo que había caminado hacia aquel lugar no tardaron el salir

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Aena observaba la sangre sobre el suelo mientras se acercaba cada vez más a la habitación de su hermana, la lágrimas durante el tiempo que había caminado hacia aquel lugar no tardaron el salir.

Un grito de terror salió de ella al ver el pequeño cuerpo sin cabeza de jaehaerys en el suelo. Aena corrió hasta el, tomándolo entre sus brazos y abrazando lo que quedaba de el.

--Mi pequeño dragón..-- Su voz salía rota y temblorosa entre cada palabra. Aena sostenía con fuerza su pequeño cuerpo mientras lloraba sobre el.

Los gritos desgarradores que soltaban tuvieron  alertado a los guardias cercanos ya que en tan solo unos minutos una docena de ellos estaba en la habitación. Los guardias que entraba en la habitación quedaban completamente en shock, algunos de ellos se acercaban a aena, intentado ayudarla con el cuerpo, sugerido que debía ser llevado con las hermanas oscuras, pero se  ella negaba.

--¡No! Aún no..--

--Princesa, por favor..-

--Aun no me despido de el, de mi niño...-- murmuro ella mientras miraba el pequeño cuerpo de el, la sangre había cubierto por completo su vestido blanco, haciendo que solo se notará el rojo de su sangre.

--¿Que paso aquí?-- el rey  miro horrorizado la escena frente a sus ojos  al entrar a la habitación --Mi hijo...--

--Si tan solo fuera permitido que te quedarán a dormir conmigo está noche, aún estuvieras aquí. Mi pequeño dragón...--

Aegon caminaba a pasos lentos hacia su hermana y su difunto hijo, las lágrimas corrían por las mejillas del joven rey --aena..--

Aena levanto su mirada, observando a su hermano parado detrás  de ella --El que hizo esto pagara muy caro--

Ya no habría una grieta que pudiera ser sellada y obtener paz para ambas familias, solo quedaba el dolor y la venganza de ambas partes, y aena ya habían comenzado entender eso.
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Algo corto pero necesario para más delante

Amor en guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora