** El Mandato de la Fuerza**
Algunos días pasaron desde que la familia real llego a la fortaleza roja, Aelycent y Aegon estuvieron recuperándose, hoy extrañamente fueron llamados después de ser ignorados por semanas , fueron llamados al salón del trono donde solo se encontraban su madre, su padre y su abuelo, ese grupo no le daba ni un poco de confianza.El salón del trono, usualmente imponente en su grandeza, estaba envuelto en una atmósfera tensa y opresiva. La tarde había caído pesadamente sobre la Fortaleza Roja, sumiendo el palacio en una oscuridad que parecía reflejar el caos interno de la familia real.
Otto Hightower, con una actitud de firmeza que no dejaba lugar a dudas sobre sus intenciones, estaba de pie en el centro de la sala, su mirada inflexible fija en los gemelos Aelycent y Aegon, sus nietos. Alicent Hightower, a su lado, estaba igualmente decidida, sus ojos fríos y determinados mientras se preparaba para imponer una decisión que cambiaría la vida de sus hijos para siempre.
Viserys I Targaryen, agotado y dolorido por las recientes tensiones, se encontraba en su trono, observando con un semblante preocupado y una tristeza que apenas podía ocultar. A pesar de su deseo de proteger a sus hijos, sabía que se encontraba en una posición complicada, atrapado entre el deber hacia el reino y su amor paternal.
Alicent, con el rostro endurecido por la resolución, comenzó a hablar con una voz que apenas escondía su determinación.
-No hay más tiempo para discusiones -dijo-. La estabilidad del reino está en juego, y la única manera de asegurarla es forzando el matrimonio de Aelycent y Aegon ya que consolidarán nuestra posición y mantendrán la sangre valyria pura.
Aelycent y Aegon, con sus rostros marcados por la reciente violencia y la confusión, se miraron con terror. Los gemelos habían sido testigos de la brutalidad reciente y estaban completamente desorientados y aterrados por la nueva amenaza que enfrentaban.
-¡No! -exclamó Aegon con voz temblorosa-. ¡No pueden hacer esto! ¡Esto no es justo!
Aelycent, con lágrimas en los ojos, se unió a su hermano en la protesta.
-¡Por favor, madre! ¡No queremos esto! ¡No podemos ser obligados a casarnos contra nuestra voluntad!-Dijo la jovencita con voz rota
-Ustedes tienen que hacer lo que YO diga!, en esta habitación no necesito conocerlos...-Grita Alicent a sus primogénitos
Pero las súplicas de los jóvenes cayeron en oídos sordos. Otto, con una mirada implacable, se dirigió a los guardias que estaban presentes para asegurar que la situación no se desbordara. Los guardias, aunque no se movieron, estaban listos para intervenir si se requería.
Alicent con una expresión fría, se acercó a sus hijos, su rostro reflejando la decisión que había tomado. Sin mediar más palabras, levantó la mano y, con una rapidez que sorprendió a todos, abofeteó a Aelycent con una fuerza inesperada. El golpe resonó en el silencio del salón, dejando una marca roja en la mejilla de la joven.
-¡No tienen derecho a cuestionar mi decisión! -gritó Alicent con furia-. Este es el sacrificio necesario para el bien del reino.
-Que hay del bien de nosotros?, tus hijos!-Grita Aelycent fustrada
-Eso no importa-Dice Alicent a su hija con voz crudaAelycent cayó al suelo, su rostro contorsionado por el dolor y la incredulidad. Aegon, al ver el ataque a su hermana, intentó intervenir, pero la furia de su madre no conocía piedad. Alicent se volvió hacia él, empujándolo con la misma violencia que había mostrado hacia Aelycent.
-¡Levántate y acepta lo que se te impone! -ordenó Alicent mientras empujaba a Aegon con una fuerza que lo hizo tambalear.
Aegon, luchando por recuperar el equilibrio, recibió otro golpe en la cara, la mano de su madre una presencia implacable que parecía tener solo un objetivo: someter a sus hijos a la voluntad de la familia Hightower. Las lágrimas de Aelycent y Aegon mezcladas con la angustia y el miedo, estaban acompañadas por los gritos desgarradores de la joven, ahora arrodillada en el suelo, cubriéndose el rostro con las manos.
Otto observaba con una satisfacción cruel mientras su hija Alicent continuaba con su violento empeño. La brutalidad de la situación no hacía más que confirmar su creencia en la necesidad de imponer el control, sin importar el costo personal.
Viserys, con el corazón roto, se levantó del trono con esfuerzo, tratando de intervenir.
-¡Basta, Alicent! -gritó con desesperación-. Esto no resolverá nada. ¡Solo agravará la situación y romperá nuestra familia!
Pero Alicent, con el rostro aún endurecido, no le prestó atención. La violencia y la desesperación habían consumido la sala, y el dolor que los jóvenes estaban sufriendo parecía ser el precio que la familia Targaryen debía pagar por la estabilidad del reino.
Finalmente, cuando los gemelos, exhaustos y heridos, fueron obligados a aceptar la decisión, el salón del trono quedó en un silencio pesado y opresivo. La resolución de Alicent y Otto había dejado una marca indeleble en la familia, una cicatriz de dolor y traición que perduraría mucho después de que las heridas físicas se hubieran curado.
Hater num1 de alicent y otto soy yo🙄
Pobres de mis niños.😩
Viserys tratando de ayudar😭Espero les haya gustado, comenten sugerencias o ideassssss
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~
Fanfiction~"Como todos los Targaryen, nuestro amor es unión de fuego y sangre, de pasión y poder."~