𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 46

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□●La Tormenta Interna●□

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□●La Tormenta Interna●□

Horas después del parto, el cuarto estaba sumido en una atmósfera de cansancio y serenidad, con un tenue resplandor que entraba por las cortinas semitranslúcidas. Aelycent yacía en la gran cama, aún con rastros de agotamiento en su rostro, pero su mirada estaba fija y tierna en el pequeño ser que dormía plácidamente en sus brazos. El bebé, un niño de delicada piel y frágiles movimientos, se había convertido en el centro de su universo por un instante. Los otros hijos de Aelycent, pequeños ángeles de piel suave y cabellos enredados, yacían dormidos a su alrededor, amontonados en la gran cama como un tapiz de amor y fragilidad.

El silencio del cuarto estaba apenas roto por el susurro ocasional del viento que se colaba entre las rendijas de la ventana. Aelycent se encontraba en un estado de debilidad profunda, tanto física como emocionalmente. El parto había sido agotador, y las horas posteriores no le habían ofrecido la paz que tanto anhelaba. La sensación de vacío en su abdomen, ahora plano tras el nacimiento, se sentía como una marca visible de su sacrificio, pero su cuerpo aún parecía no haber sido capaz de dejar atrás el dolor. Además, el cansancio y el estrés la habían dejado vulnerable y en busca de consuelo.

El ruido de la puerta al abrirse sacudió el ambiente. Aegon, con el rostro pálido y un leve temblor en las manos que traicionaba su estado de resaca, entró tambaleándose en la habitación. Sus ojos, aún nublados por el alcohol y la falta de sueño, se abrieron en estado de confusión al ver a su esposa con el abdomen plano y un nuevo bebé en brazos. El contraste entre la escena serena y su propia embriaguez era tan agudo que apenas podía procesarlo.

"¿Qué está pasando aquí?" preguntó Aegon con un tono de voz elevado, que resonó en las paredes del cuarto. "¿Por qué nadie me dijo que había nacido el niño? ¡Ni siquiera sabía que estabas en trabajo de parto!"

Aelycent se estremeció, el sonido estridente cortó el silencio y despertó a los niños mayores, quienes comenzaron a moverse inquietos en la cama. Con una expresión cansada y dolorida pero molesta, Aelycent trató de calmar la situación. "Por favor, Aegon," dijo con voz quebrada, "baja la voz. Los niños están dormidos.

-No me siento bien... -continuó, su mirada desviándose hacia el pequeño Rhaegon que dormía en sus brazos. -Tuve un parto difícil, y he estado sola en esto. Necesito que me ayudes, no que me grites.

La frustración y el enojo en los ojos de Aegon eran palpables. Su voz, aún más acusadora, brotó sin pensar en las consecuencias. "¿Cómo pudiste hacerlo sin mí? ¿Qué clase de matrimonio tenemos si ni siquiera estoy aquí cuando llegamos a este punto? ¿Cómo esperas que esté bien con todo esto?"

Las palabras de Aegon eran como cuchillos afilados, y Aelycent sintió cada uno de ellos atravesar su corazón ya desgarrado. El dolor físico y emocional se mezclaba, y la falta de apoyo se hacía más evidente. Ella trató de mantener la compostura, pero las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora