𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 12

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**Verdades y Apariencias**

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**Verdades y Apariencias**

Los días se contaban en la Fortaleza Roja mientras la boda de Aelycent y Aegon se acercaba con rapidez

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Los días se contaban en la Fortaleza Roja mientras la boda de Aelycent y Aegon se acercaba con rapidez. La decoración verde que adornaba el castillo estaba en su punto máximo de esplendor, cubriendo los muros y pasillos con un manto de esmeralda en honor a la casa Hightower. Los preparativos para el evento se intensificaban, y la fortaleza se llenaba de la actividad frenética propia de una celebración real. Era asqueroso la cantidad de verde cuando el verdadero  color debía ser el rojo y negro.

Daemon Targaryen, recién llegado de Dragonstone, no perdía la oportunidad de expresar su opinión sobre la decoración que tanto había molestado. Mientras recorría los corredores adornados con tapices verdes y banderas ondeantes, su rostro mostraba una mueca de diversión contenida.

—El verde está en todas partes —comentó Daemon con tono irónico mientras se dirigía hacia los aposentos de Rhaenyra—. Es como estar atrapado en un bosque en plena primavera.

—Daemon —Dice rhaenyra en tono de advertencia

—Ah, ¿esto es un castillo o una glorieta de jardín? —preguntó Daemon, su tono cargado de ironía mientras examinaba las decoraciones con un gesto teatral.

Rhaenyra levantó una ceja, sabiendo bien que su esposo tenía un talento especial para generar incomodidades de manera encantadora. Los sirvientes y nobles que se encontraban cerca intercambiaron miradas nerviosas ante la provocativa observación de Daemon.

—Daemon, por favor —dijo Rhaenyra en un susurro, tratando de suavizar la situación—. No empieces a provocar problemas antes de que la boda siquiera comience.

—¿Problemas? Solo estoy admirando el compromiso de Alicent con el verde —replicó Daemon, con un tono de voz que no dejaba mucho a la imaginación—. Nunca había visto una casa de jardín en una fortaleza de tal magnitud.

Alicent Hightower, que acababa de llegar al vestíbulo, se detuvo al escuchar los comentarios de Daemon. Sus ojos se encontraron con los de él, y aunque su rostro se mantenía sereno, el ligero fruncimiento de su ceño revelaba su molestia.

—Príncipe Daemon —dijo Alicent con voz contenida pero cortés—. Me alegra que encuentres nuestra decoración tan… destacada. Espero que encuentres todo a tu gusto durante tu estancia.

—Por supuesto, mi señora —contestó Daemon, inclinando la cabeza en una burla casi imperceptible sin llamarla por su título de reina—. Después de todo, el verde siempre ha sido el color de la prosperidad. Aunque en este caso, parece que se está tomando un poco demasiado en serio.

Rhaenyra, a su lado, lo observaba con una mezcla de exasperación y diversión. Sabía que los comentarios de Daemon eran parte de su carácter, pero también entendía la necesidad de mantener una atmósfera de cortesía durante su estancia en la Fortaleza Roja.

—Daemon, por favor, intenta no dejar que tu desprecio por el verde y los verdes te haga parecer un anfitrión descortés —le advirtió Rhaenyra—. Estamos aquí para mostrar unidad y respeto, no para provocar.

—Lo sé, lo sé —dijo Daemon con una sonrisa desafiadora—. Solo me sorprende que no se hayan quedado sin verde en todo el reino.

—Daemon, ¿no puedes comportarte como si estuviéramos aquí para celebrar una boda en lugar de iniciar una guerra de colores?

—No es guerra, querida —respondió Daemon con una sonrisa—. Solo una pequeña diversión antes de los eventos importantes. No te preocupes, me comportaré.
La conversación entre ambos continuó mientras llegaban a los aposentos de la princesa. Poco después, Aelycent y Aegon se presentaron en la puerta, con el objetivo de saludar a su media hermana y su familia. Aelycent, en un elegante vestido verde que acentuaba su belleza, avanzó con gracia hacia la sala.

—Buenos días, Princesa Rhaenyra —dijo Aelycent con una sonrisa cálida—. Queríamos venir a saludar. Ellos no se veían desde el funeral de Laena en Driftmark .

Rhaenyra, con una sonrisa amable, invitó a sus medios hermanos a entrar. La conversación se volvió rápidamente amigable, con los tres intercambiando comentarios sobre los preparativos de la boda y los detalles de la celebración. Daemon, inicialmente distraído, pronto se vio atrapado en la presencia de Aelycent.

Mientras Aelycent hablaba, Daemon la observaba en silencio. La joven Hightower tenía un aire que evocaba a una Rhaenyra joven, pero su belleza era de una clase mucho más refinada y destacada. Cada gesto de Aelycent, cada risa y cada movimiento, reflejaba una gracia que Daemon no podía ignorar.

En su mente, Daemon comparaba a Aelycent con la imagen de Rhaenyra en sus años más jóvenes, observando cómo las similitudes entre ambas mujeres eran notables, pero también apreciando cómo Aelycent poseía unos rasgos que la hacía destacar. Aunque su expresión en el rostro permanecía neutra y controlada, la admiración en su interior era evidente.

—Es interesante —pensó Daemon—. Aelycent tiene una belleza que complementa muy bien la de Rhaenyra. Hay una sofisticación en ella que, de alguna manera, enriquece la familia aún más.

Mientras Daemon mantenía su fachada impasible, Rhaenyra hablaba con sus hermanos menores los cuales desde pequeños se había llevado bien.

La conversación entre Aelycent, Aegon y Rhaenyra continuó en un tono ameno, pero Daemon permaneció en sus pensamientos, evaluando la situación y considerando cómo el parecido y las diferencias entre Aelycent y Rhaenyra podrían influir en la dinámica de la familia y en la celebración que se avecinaba.

Cuando finalmente los gemelos se despidieron, Daemon se quedó mirando la puerta mientras se cerraba. Su mente estaba llena de reflexiones sobre las apariencias y las realidades que se entrelazaban en la Fortaleza Roja. La boda estaba a la vuelta de la esquina, y con ella, las oportunidades y desafíos que definirían el futuro de los Targaryen y sus aliados.

—Todo está en marcha para la boda —dijo Rhaenyra—. Espero que las próximas horas sean tan tranquilas como esta visita.

Daemon volvió a la realidad, su mirada encontrando la de su esposa.

—Así lo espero —respondió con un tono reflexivo—. Aunque, convivir con los Hightower otra vez no te aseguro nada.

Mientras la Fortaleza Roja se preparaba para la gran celebración, la intrincada red de relaciones y emociones continuaba tejiéndose, preparándose para el evento que traería consigo cambios y revelaciones para todos los involucrados.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora