𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 28

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**En la Cumbre del Silencio**

Las primeras luces del alba comenzaban a asomar sobre la montaña de Rhaenys, iluminando el paisaje con un tenue resplandor dorado

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Las primeras luces del alba comenzaban a asomar sobre la montaña de Rhaenys, iluminando el paisaje con un tenue resplandor dorado. La cima, desprovista de la ostentación del palacio, ofrecía una vista serena y majestuosa del mundo. Era el lugar elegido por Aegon y Aelycent para rendir un último homenaje a su hijo, Jaehaerys. La elección del lugar no era casual; la montaña había sido testigo de numerosas historias de la familia real, y en ese momento, se convertiría en el escenario de una despedida íntima.

La brisa fresca de la mañana acariciaba el rostro de Aegon mientras él, con la mirada fija en el horizonte, intentaba encontrar consuelo en la belleza austera del paisaje. A su lado, Aelycent sostenía a Jaehaera en brazos, su pequeña hija, que aún no comprendía la magnitud de lo que sucedía. Jaehaera había apoyado su rostro en el cuello de su madre, buscando refugio en el calor y el amor de sus padres. La mano de Aelycent estaba firmemente entrelazada con la de Aegon, como si de esa manera pudieran compartir el peso de su dolor.

El pequeño campamento estaba dispuesto con simplicidad y solemnidad. Las pertenencias de Jaehaerys estaban cuidadosamente colocadas sobre una manta blanca, acompañadas por la sábana manchada con la sangre de su pequeño cuerpo. El dragón de Aelycent, Moonfyre y el dragón de Aegon, Sunfyre, habían descendido con suavidad hasta el lugar, sus escamas reluciendo a la luz del amanecer como si reflejaran el propio sol. Los dragones, consciente de la gravedad del momento, se movía con una elegancia respetuosa y contenida.

Aegon, con la voz cargada de emoción, pronunció unas palabras de despedida, su tono suave pero lleno de dolor. "Jaehaerys, nuestro pequeño príncipe, hoy te decimos adiós. No podremos olvidar nunca tu risa, tu luz y el amor que trajiste a nuestras vidas. En esta montaña, donde los vientos hablan de historias antiguas y la tierra guarda secretos, te enviamos nuestro amor eterno."

Aelycent, con los ojos llenos de lágrimas, asintió en silencio. Con un gesto lleno de pesar, colocó la sábana y las pertenencias sobre una piedra plana y resistente, en el centro del pequeño claro que habían elegido. La imagen de la sábana ensangrentada sobre la manta blanca se alzaba como un testimonio mudo de la breve vida de Jaehaerys.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora