𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 38

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°•●*Caída y Redención*●•°

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°•●*Caída y Redención*●•°

El cielo estaba teñido de un azul profundo, casi turquesa, cuando Aelycent se elevó a través de las nubes en su dragón, que se movía con una gracia majestuosa. La tormenta se había desatado en las tierras de los Targaryen, y las alas del dragón reflejaban la furia de la batalla que se estaba desarrollando. Aelycent, a pesar de su avanzado estado de embarazo, mostraba una determinación implacable. Su rostro estaba sombrío y su mirada fija en la batalla que se estaba librando abajo.

Aegon, montado sobre Sunfyre, se sobresaltó al ver a su esposa en el horizonte. Las nubes de tormenta que cubrían el cielo parecían palidecer ante el peligro que se avecinaba. Con una mezcla de sorpresa y pavor, se dio cuenta de la gravedad de la situación. Sabía que la ira de Aelycent no era algo que se pudiera ignorar, especialmente no en el estado en el que ella se encontraba.

-¡Aelycent! -gritó Aegon, intentando hacerse oír a través del estruendoso viento. -¡¿Qué haces aquí en tu estado?!

Aelycent, con el rostro contorsionado en una mueca de furia, no prestó atención a su hermano. En lugar de eso, giró su dragón con determinación, dirigiendo sus ojos hacia el sur. Allí, descendía Rhaenys montada en su dragón plateado, Meraxes. La tensión era palpable, como si el aire mismo estuviera cargado de energía antes de una tormenta.

-¡Aegon! -gritó Aelycent, su voz cargada de urgencia y desesperación-. ¡Rhaenys viene a atacarte!

Aegon, temblando, se giró hacia el horizonte, buscando a Rhaenys en el vasto cielo. Sus temores se confirmaron cuando vio el dragón de su hermana descendiendo hacia ellos, sus escamas resplandecían con la amenaza de la conflagración. La batalla se desató en el aire; Rhaenys y Aelycent se atacaban mutuamente con una ferocidad que solo la familia Targaryen podía entender. Los dragones se entrelazaban en un combate aéreo, rugiendo y lanzando llamaradas que iluminaban el cielo con destellos de fuego.

En medio del caos, Aemond apareció en el cielo montado en Vhagar. Con un rugido aterrador, su grito se hizo oír a lo largo y ancho del campo de batalla.

-¡Dracarys!

Aemond había dirigido su ataque con precisión hacia Aegon, buscando acabar con él de una vez por todas. Aelycent, con un instinto protector que parecía superar cualquier pensamiento racional, se interpuso entre Aegon y la llama que se avecinaba. La intensidad del fuego se incrementó, y la bruma de calor envolvió a Aelycent, su dragón gritó en agonía mientras ella se tambaleaba en el aire.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora