𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 43

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☆La Tormenta en la Corte ☆

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La Tormenta en la Corte ☆

El sol se filtraba a través de las altas ventanas del salón del consejo real, proyectando una luz dorada que parecía irónicamente apacible frente a la tormenta que se desataba en el corazón de Aegon II. El rey estaba sentado en su trono, con el rostro enrojecido por la frustración. Los lords de la corte, reunidos en un círculo alrededor de la mesa de consejo, estaban debatiendo un asunto que parecía no avanzar hacia ninguna solución satisfactoria.

—¡Esto es intolerable! —exclamó Aegon, su voz resonando con una intensidad que hizo que varios consejeros se encogieran en sus sillas—. ¿Es que ninguno de ustedes puede hacer las cosas como se les ordena? ¿Acaso soy un monarca tan débil que debo soportar la ineptitud de mis propios hombres?

Los lords intercambiaron miradas nerviosas, conscientes de que cualquier intento de explicar o justificar sus acciones podría agravar aún más el furor del rey. Aegon se puso de pie, dando un golpe en la mesa que hizo temblar los documentos y las copas de vino sobre ella.

La frustración del rey no se limitaba a las cuestiones de gobierno. Su vida personal se encontraba igualmente en ruinas. Después de su furioso ataque de celos, Aelycent había comenzado a alejarse de él. La ausencia de su compañía en la cama, el hecho de que ella le daba la espalda y ya no se acurrucaba a su lado como solía hacerlo ni contarle todo su día ni siquiera contarle cuantas veces el bebe se había movido en el día ni cuantas veces Jaehaera pellizco a Jaehaerys, solo servía para aumentar su malhumor. Cada noche, el vacío que dejaba su esposa a su lado parecía un recordatorio constante de su fracaso en mantener la paz y la armonía en su hogar.

Alicent, la madre de Aegon y Aelycent, tampoco ayudaba a mejorar el ambiente. La reina madre, aunque su preocupación por sus hijos era genuina, parecía haber tomado un papel cada vez más dominante y enérgico en los asuntos del reino. Su actitud crítica y sus constantes comentarios sobre las decisiones de Aegon no hacían sino avivar su ira.

Aelycent, por su parte, estaba lidiando con su propio torbellino. Mientras su embarazo se acercaba a su término, había optado por pasar más tiempo con sus hijos gemelos, Jaehaerys y Jaehaera, buscando consuelo en su compañía. La dulzura de sus pequeños y el alivio de saber que el nacimiento de su hijo no estaba lejos le brindaban una cierta paz, aunque el distanciamiento con Aegon la hacía sentir aún más sola y triste.

La situación en el reino también se estaba deteriorando. Los rumores sobre la escasez de comida se estaban esparciendo entre el pueblo, y los infiltrados de Rhaenyra estaban alimentando estos sentimientos de descontento. Los ciudadanos, que ya estaban ansiosos por la escasez de provisiones, veían cómo las bestias de los dragones del reino consumían recursos que consideraban escasos. Esto solo servía para intensificar el resentimiento hacia los monarcas.

La estupida decisión de Aegon de nombrar a Larys Strong como su nueva mano del rey exacerbó aún más la tensión. La elección de Larys, quien había demostrado ser un hombre de dudosa lealtad y habilidades cuestionables, enfureció a Aelycent. La reina sentía que la decisión era una muestra más de la imprudencia de su esposo y de su incapacidad para gestionar adecuadamente el reino.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora