𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 47

215 24 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los Ecos del Fuego

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los Ecos del Fuego

El sol comenzaba a ponerse sobre Desembarco del Rey, y las sombras se extendían como dedos oscuros sobre los patios y torres de la Fortaleza Roja. Los murmullos en los pasillos no se detenían. La guerra estaba en cada palabra, en cada mirada temerosa de los sirvientes y en cada paso rápido de los caballeros. El miedo se cernía como un dragón invisible, respirando fuego en los corazones de todos.

Aegon II Targaryen, el joven rey, había pasado más tiempo en los últimos días con su esposa, Aelycent, y sus hijos. Aunque sus momentos juntos eran breves, se habían vuelto más frecuentes y significativos. Aegon intentaba mantener una fachada de calma, pero la presión de la guerra lo agobiaba. El reciente ataque de su hermano Aemond a la ciudad de Shar Point había encendido la ira en su corazón.

Esa misma tarde, Aegon se encontraba en la sala del trono, los hombros pesados bajo el peso de la corona. La puerta se abrió de golpe y entró Aemond, su figura oscura y alta proyectaba una sombra inquietante en el suelo de mármol.

-¿Cómo pudiste hacerlo? -preguntó Aegon, su voz llena de rabia contenida-. ¡Shar Point no era un objetivo militar! ¡Eran aldeanos, Aemond! ¡Inocentes!

Aemond lo miró, su único ojo visible resplandecía con una mezcla de furia y desdén.

-Inocentes, dices -replicó, cruzando los brazos-. Eran enemigos. Cualquier apoyo a Rhaenyra es una amenaza directa para ti, para mí... para nuestra casa. Los fuertes gobiernan, los débiles arden.

Aegon se levantó del trono, avanzando hacia su hermano, el eco de sus pasos llenando la sala.

-Quemar una ciudad no es gobernar. Es salvajismo. ¡Has cometido un error terrible!

Aemond frunció el ceño, dando un paso hacia Aegon, y por un momento, el aire entre ellos se tensó como la cuerda de un arco.

-Un error terrible sería permitir que sigan conspirando a nuestras espaldas. Hago lo que tú no te atreves a hacer, hermano. Protejo lo que es nuestro.

-¡A cualquier costo, incluso el de nuestra humanidad! -rugió Aegon, con la frustración vibrando en su voz. Los ojos de Aegon reflejaban el conflicto interno, el deber y la moral luchaban dentro de él.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃    ~|𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora