ELENA
Llegué a donde estaba el chico y, cuando intenté acercarme, varios hombres se levantaron mirándome. Pero no me importó; fui directo hacia él, decidida a cumplir con el reto que mis amigas me habían impuesto.
Tomé su cara entre mis manos y, más rápido de lo que pude arrepentirme, choqué mis labios con los de él. Lo sentí sorprenderse al principio, pero rápidamente me respondió al beso, colocando una mano en mi cintura. Fue un instante de pura electricidad.
Me alejé apenas un momento después, recuperando el aliento.
—Perdón, solo estaba cumpliendo un reto de mis amigas —dije, sonrojándome mientras me giraba para irme.
Pero antes de que pudiera dar un paso, escuché que se levantaba. En una fracción de segundo, me giro hacia él y, sin poder reaccionar, sus labios chocaron contra los míos de nuevo.
Su beso era salvaje, algo totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada. Un torbellino de emociones atravesó mi cuerpo mientras sentía su otra mano en mi cintura. De repente, me levantó, y envolví mis piernas alrededor de su cadera, atrapada entre la sorpresa y la atracción.
Él se alejó un poco de mí, girando su cabeza hacia un hombre que, hasta ese momento, no había notado que estaba allí.
—Nos vemos mañana, Oliver —dijo con una voz profunda.
Luego comenzó a caminar, llevándome cargada, y yo, aún en shock.
—¿A dónde crees que me llevas? Solo fue un reto —dije, sintiéndome sorprendida y algo vulnerable.
—Vamos a profundizar más en ese reto —respondió con una sonrisa juguetona, pero había algo en su mirada que me hizo sentir un escalofrío.—No, corazón, a mí no se me deja caliente. Si me lo subes, tienes que bajarlo.
Él rió suavemente mientras me sacaba de la discoteca, aún en sus brazos. Después de unos minutos, entramos a una habitación y me tiró suavemente sobre la cama.
—Si eres una puta trampa, te voy a follar y luego voy a matarte —dijo, sus ojos brillando con una chispa peligrosa.
Lo miré asustada. ¿Qué había dicho? El pánico comenzó a subir por mi espina dorsal, y no sabía si estaba bromeando o si había algo más oscuro en su tono.
—No sé de qué diablo hablas —dije, intentando mantener la calma mientras me levantaba de la cama.
Pero él se interpuso en mi camino, colocándose frente a mí. Con un movimiento rápido, agarró mi cabello con su mano y chocó sus labios contra los míos de nuevo, esta vez de una manera posesiva.
Fue un beso que desató una tormenta de sentimientos en mi interior. Atrapada entre el deseo y el miedo, me pregunté si había cruzado una línea de la que no podría regresar. ¿Qué era lo que realmente quería de mí?
Mientras mis pensamientos luchaban por organizarse, la única certeza era que había algo en él que me mantenía intrigada, y aunque sabía que debería estar temerosa, había una parte de mí que no podía evitar disfrutar de la adrenalina de la situación.
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Camino de la tentación © {1}
ActionUna noche, impulsada por la diversión y el alcohol, Elena acepta un reto de sus amigas: besar a un desconocido. Sin saber que ha elegido al hombre más peligroso y seductor del mundo, un temido mafioso llamado Dante, se lanza a una aventura efímera q...