Me di un tiempecito para poder escribir este capítulo, ya que se me dificulta encontrar espacios libres por mis clases. Aún así, me alegra poder actualizar y que ustedes lean la historia sin tener que esperar mucho. Ya estamos muy cerca del final, y estoy un poco preocupada por lo que les depara el futuro a este par. Espero que disfruten la lectura, no se olvidan de dejar su voto y sus comentarios♥️✨
Camille—¿Acaso sigues despierto...? —me escucho decir.
No recibo una respuesta inmediata. Sin embargo, percibo la manera en que su respiración toma un compás diferente, más trémulo, casi vacilante.
—Si, no he podido conciliar el sueño —susurra al cabo de unos segundos.
No necesita elaborar más acerca del verdadero motivo porque ya lo sé. Aun así, me obligo a tomar una inhalación profunda antes de armarme de valor e indagar en el tema, sabiendo que puedo generar una discusión entre nosotros.
—¿Quieres hablar de lo que sucedió con tu madre?
El ambiente se torna denso en cuanto mis palabras se filtran en el silencio, sofocándonos. Noto la forma en que su cuerpo se tensa contra el mío, poniendo mis extremidades rígidas. Sin embargo, su ajuste sobre mí se vuelve más fuerte, como si a lo único que se estuviera aferrando en este preciso instante es a mi. A nosotros.
—No, no quiero hablar de ella —responde, serio.
—¿Estás seguro? —le pregunto, buscando una señal de vulnerabilidad para conseguir que se abra conmigo y pueda contarme lo que se ha negado.
—Si, estoy seguro —dice firme—, esa mujer ya no es absolutamente nadie en mi vida, así que no, no me interesa hablar de nada que la involucre.
Un suspiro tenso se escapa de mis labios.
—A pesar de todo, es tú madre —susurro despacio, con cautela, intentando alcanzar esa parte de él que todavía se niega a compartir conmigo—. No debe ser fácil...
—No es mi madre —me corrige con un tono áspero, que no me tomo como algo personal, pues sé de sobra lo difícil que le resulta hablar de esto—. Dejó de serlo en el momento en que se fue de mi vida.
Me remuevo sobre la cama, sintiendo una oleada de incomodidad invadir cada una de mis extremidades. Decido girarme para estar frente a frente, y ver su rostro, pese a la escasez de luz, ya que la habitación se encuentra a oscuras. Es de madrugada y no he podido conciliar el sueño porque no dejo de darle vueltas a la actitud fría y distante que ha adoptado hacia todos los que le rodean desde el incidente con su madre.
Se ha negado a mencionarla y, pese a sentir que no debo presionarlo, no puedo seguir ignorando el eminente problema.
Busco sus manos con desesperación y las sostengo entre las mías, intentando que deje de lado su postura indiferente, para poder sincerarse sobre lo que en verdad le acongoja. Mientras tanto, sus ojos acuosos permanecen puestos sobre mí. No hay demasiada claridad, pero soy capaz de percibir la tristeza que todavía abunda en ellos. Las lágrimas amenazan con salir.
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No Me Sueltes (+18) [En proceso]
RomanceDemonios que someten: Segundo libro Han pasado tres años desde que Camille decidió irse de Seattle, dejando atrás todo lo que la atormentaba y la hacía sufrir con el único propósito de repararse a sí misma y alejarse de la persona que más daño le h...