Capítulo XI

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Camille

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Camille

"Verte dormir es un privilegio que me gustaría contemplar por el resto de mis días"

No puedo detener el fuerte martilleo de mi corazón contra mi pecho a la vez que releo las letras impresas en la nota una y otra vez. Mis labios se curvan en una sonrisa mientras una extraña sensación de calidez me invade por completo, instalándose en mi estómago y haciéndome saber que mis sentimientos por Aaron se fortalecen cada día más. Es tan fácil quererlo. Amarlo.

Después de unos minutos decido dejar la nota en la mesita de noche y empezar el día, pese a que eso sea lo último que quiero hacer.

Me levanto de la cama sin hacer mucho alboroto para no despertar a la pequeña que yace recostada pacíficamente a lado mío. Sonrío para mis adentros y me quito el cabello de la cara, dejando salir un bostezo antes de entrar al baño. Mi cuerpo se siente pesado, como si estuviera cargando una tonelada de emociones que no se dispersan. Simplemente permanecen almacenadas en algún lugar.

Enciendo la regadera primero, luego me deshago de mi pijama y me meto en la ducha sin vacilar. En el momento en que el agua hace contacto con mi piel, me pierdo en la calma que me produce tomar un baño frío antes de iniciar el día. No le presto atención a las aflicciones que solo me hacen sentir desgastada, solo me permito olvidar los problemas, cierro los ojos e intento no pensar en absolutamente nada, pero al instante, como si fuese una jodida maldición, su recuerdo protagoniza mi mente sin siquiera pedir permiso.

Arrasando conmigo y con todo lo que creí olvidado.

La tinta negra grabada en su piel mancha mis pensamientos con recuerdos que duelen demasiado, el sonido aspero de su voz me hace estremecer y no dudo en llevarme una mano al pecho haciendo un estúpido intento en aplacar mi corazón que late desbordado. Pidiendo ayuda. Suplicando por un descanso.

¿Qué diablos me está pasando?

Sus endemoniados ojos verdes se quedan tatuados en mi cabeza, enterrándose como una aguja sólida en mi piel, que no puedo sacar por más que lo intente, y tener la certeza de ello me ahoga más de lo que ya estoy. Porque tener su recuerdo presente me agrieta el alma y desarma mis barreras tan fácilmente, que dudo haya podido forjarlas alguna vez.

Dejo salir una larga inhalación que es el producto del agotamiento que me embarga desde hace días. Apago la regadera sintiéndome agitada ya que la ducha que se suponía tenía que relajarme, solamente me ha dejado con la cabeza hecha un completo lío. No encuentro la manera de deshacerme de estos pensamientos, de estos recuerdos, que solo me asfixian y me hacen sentir acorralada en un maldito cuarto.

Al salir de la ducha, envuelta en una toalla, me dispongo a vestirme con absoluta tranquilidad o al menos de eso me convenzo. Me decido por unos Jeans negros ajustados, un suéter de estambre y unas botas que me llegan hasta las rodillas. Cepillo mi cabello con suavidad y dejo que las ondas naturales caigan sobre mi espalda.

No Me Sueltes (+18) [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora