Camille"Buenos días, Sra. Brown, ¿todavía sigue interesada en la propiedad? Después de recibir su solicitud y su información no hemos tenido noticias suyas. Si es así le invitamos a programar una cita para reservar una visita a la propiedad. No dude en llamarnos o enviarnos un mensaje de texto durante nuestro horario comercial"
Vuelvo a releer el mensaje que ha estado en mi pantalla por horas mientras una sensación de inquietud se aglomera en mi pecho. Debí bloquear el contacto desde hace tiempo, pero por alguna razón no lo hice. No pude. Ahora me siento tentada a agendar esa maldita cita porque sí quiero ver el interior de la cabaña. Y está lejos de tratarse de una simple curiosidad.
Me conozco a mí misma lo suficiente como para darme cuenta del motivo por el cual deseo volver a ese lugar.
Hago el intento de respirar hondo cuando comienzo a sentir que me falta el aire. Me llevo ambas manos a la cara, frustrada por no saber qué es lo que debo saber de mi vida. Siento que estoy cayendo en un pozo sin fin. Trabajar para Alexander está siendo más difícil de lo que imaginé. Es complicado estar en su empresa por horas, sabiendo que él está en el mismo lugar que yo, tan cerca y a la vez tan lejos.
Porque aunque quiera seguir negándolo, es muy evidente que todavía sigo sintiendo algo por él.
No quiero. Me rehuso a que eso sea verdad, pero no creo que pueda seguir mintiéndome a mí misma al respecto.
Alexander Rosselló todavía continúa afectándome como nadie más tiene el poder de hacerlo, su arrebatadora presencia me descoloca hasta el punto de sacarme de mis casillas, su manera de actuar hacia mí, los conmovedores gestos que tiene conmigo pese a ser el hombre más frío que he conocido en mi vida, todo el me tiene bastante desequilibrada. Y ya no sé qué hacer para detener este sentimiento que cada día lucha por sobrevivir y comienza a tomar más terreno sobre mí.
Es desesperante.
Me tiene furiosa. Esa es la verdad. Porque no quiero volver otorgarle el poder de destruirme. No quiero que se convierta en alguien importante en mi vida otra vez. Me prometí ser más fuerte, pero jamás imaginé que terminaría siendo su empleada. Nunca anticipé lo que sucedería y ahora me cuesta demasiado sacarlo de mi vida. Pasar página y dejarlo atrás.
Ya no puedo.
Pero bueno, de nada me sirve lamentarme acerca de la situación, porque no puedo hacer nada para cambiarla. Ya es demasiado tarde para arrepentirme. No puedo hacerlo cuando el futuro de mi padre y Aarón está en fuego. Sólo me queda soportar dos meses y tres semanas más en su empresa y de ahí podré regresar a mi estudio de fotografía en Francia y retomar mi vida desde donde la dejé.
Volveré a mi mundo y él ya no podrá atormentarme más.
Con un suspiro de resignación decido enviar el pensamiento de Alexander y esa bendita cabaña lejos de mi mente, para poder empezar a alistarme para la cena que tengo esta noche en la casa del señor Stefan.
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No Me Sueltes (+18) [En proceso]
RomanceDemonios que someten: Segundo libro Han pasado tres años desde que Camille decidió irse de Seattle, dejando atrás todo lo que la atormentaba y la hacía sufrir con el único propósito de repararse a sí misma y alejarse de la persona que más daño le h...