Sé que está vez he demorado demasiado en actualizar pero este semestre se me ha hecho muy pesado y no tengo nada de tiempo para escribir. Aún así, quería subirles este capítulo. Espero lo disfruten mucho♥️✨
AlexanderCuando me despierto lo primero que hago es buscar a Camille, que debería estar envuelta en mis brazos después de que anoche cayéramos exhaustos por todo lo que hicimos juntos, por la forma en que nos entregamos al deseo sin ataduras.
Sin embargo, para mí desgracia, lo único que encuentro es una cama parcialmente vacía con las sábanas revueltas y ese delicioso aroma apenas flotando en el aire como un recordatorio de que ella estuvo aquí. Conmigo.
Dejo escapar un bufido hastiado antes de levantarme inmediatamente de la cama, previendo lo que está ocurriendo. Vuelvo a reparar en la habitación con una mirada desesperada mientras me despeino los mechones de cabello con una mano, notando esa sensación desagradable y amarga que se instala en mi pecho. Esa maldita soledad que me allana al despertar sin ella un día más.
Ella ya no está.
Puedo buscarla por todos los rincones de la mansión, pero no necesito hacerlo para saber con certeza que se ha ido. Una parte de mí sabía que esto pasaría. Incluso lo temía. Pero conozco muy bien a Camille y cuando se siente acorralada, huye, se esconde y la sensación de que se me escapa rápida e inevitablemente de las manos es insoportable. No puedo seguir haciéndole esto a ella, a mí, a nosotros, si es que existe un nosotros después de que reúna el valor para confesarle la verdadera razón por la que me divorcié de ella hace tres años.
Sabía que este día acabaría llegando, demonios, me he pasado años esperando a tener por fin la oportunidad de explicárselo todo, pero tengo miedo. Tengo tanto miedo porque no quiero perderla, no quiero que huya de mí cuando apenas ha comenzado a ablandarse conmigo. Pero sé con certeza que no puedo seguir postergando las cosas.
Ya no.
Decidido a poner fin a mi martirio, agarro el móvil de la mesilla y me dispongo a hacer un par de llamadas a la empresa y a la nueva inmobiliaria que decidí contratar, antes de meterme en la ducha, con la sensación de haber perdido el control absoluto de la situación. No hay nada que odie más que la jodida incertidumbre de no poder predecir lo que va a pasar.
Pero todo esto es culpa mía. Me guste o no, yo soy el único responsable de todo este puto caos. Me he encargado de crear toda una maldita trampa para traerla de vuelta a Seattle a base de mentiras cuando lo único que debería haber hecho es ser sincero. Decirle que la amo como no se imagina y que esa es toda la verdad.
Y lo habría hecho, habría renunciado a todo lo que conocía y me habría ido con Camille a Francia hace años si no fuera por Elena, su madre.
Unos meses después de mi divorcio fui a su casa porque necesitaba saber exactamente dónde estaba Camille. Sabía que podría conseguir esa información por mí mismo en unos cuantos días en el mejor de los casos, pero me encontraba desesperado, necesitaba su ubicación de inmediato porque no podía soportar otro día separado de ella. La distancia me estaba matando y sentía que moría en mi propia miseria sin ella. Ella era mi luz y cuando se fue todo se volvió solo oscuridad. Una maldita oscuridad vacía que me asfixiaba.
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No Me Sueltes (+18) [En proceso]
RomanceDemonios que someten: Segundo libro Han pasado tres años desde que Camille decidió irse de Seattle, dejando atrás todo lo que la atormentaba y la hacía sufrir con el único propósito de repararse a sí misma y alejarse de la persona que más daño le h...