"El tiempo se vuelve sigiloso cuando se le reclama por los vestigios que deja a su paso"Charly Sanz
Camille
Las personas suelen decir que el tiempo cura todas las heridas porque según ellos, a veces el dolor sólo necesita tiempo para desaparecer por sí mismo, pero ahora sé que eso no es cierto. El tiempo no cura absolutamente nada. Solo te acostumbras a la idea de que algunas cosas en tu vida están cambiando, y que debes aceptarlas y seguir adelante.
Tal vez sea una vil excusa a la cual nos aferramos con tal desesperación porque necesitamos creer que algún día podremos olvidar todo el sufrimiento que vivimos, que algún día dejaremos de sentir esa opresión en el pecho que no nos permite respirar.
Pero la verdad es otra, con el tiempo solo aprendemos a sobrellevar el dolor, porque las heridas que agrietan el alma y destruyen tu ser nunca se curan, siempre permanecen con nosotros, como un doloroso recordatorio de lo fácil que es salir herido y lo difícil que es reparar lo que se ha roto.
Jamás olvidarás eso que algún día te hundió, jamás olvidarás aquello que apagó tu luz, ni mucho menos el dolor que te causaron, porque ese dolor es el único recordatorio de que todo fue real. Todo lo que sufrí a su lado fue real y dudo que haya poder humano que me haga olvidarlo.
Simplemente no se puede.
Ese dolor sigue ahí como una promesa que te obliga a crear una barrera para nunca volver a bajar la guardia y mostrarte vulnerable.
Yo todavía no lo olvido. Hasta este punto creo que jamás lo haré y puedo admitirlo sin que me sienta enojada conmigo misma, porque no haber olvidado a alguien no significa que lo sigas amando como antes. He aprendido a ser feliz conmigo misma, con las decisiones que he tomado y lo más importante; comenzar a amarme a mi misma antes que a nadie.
Pero aprender a amarse a sí mismo no es nada fácil; es un proceso lleno de espinas que lleva tiempo y, que a veces, solo necesitas detenerte un segundo y recordarte todos los días que eres suficiente, que ser tú mismo es suficiente, porque la paz que se instala en tu corazón cuando comprendes que tú no eres el problema, hace que todo valga la pena.
No hay nada mejor que ser capaz de hacer las paces contigo mismo y perdonar los errores que nos recuerdan que somos humanos.
He aprendido que la vida continúa sin importar los obstáculos que se interpongan en el camino. Debemos seguir adelante y no mirar atrás y, si lo vamos a hacer, que sea solo para reflexionar de nuestros errores pasados e intentar mejorar.
No podemos vivir amargandonos la existencia por alguien que no supo valorar lo que éramos, no nos podemos dejar hundir en ese suplicio, porque siempre hay algo mejor esperándonos o como otros suelen decir; la luz al final del túnel.
Todo pasa por algo. Cada cosa que vivimos sea buena o mala tiene un propósito. Ya tengo muy claro que tal vez me tocaba sufrir todo eso para hoy poder estar donde estoy. Siendo una de las mejores fotógrafas a nivel mundial. El curso en Francia elevó mi carrera de manera sorpresiva y me convertí en una profesional en tan solo dos años y medio.
Las primeras críticas que recibí acerca de mi trabajo fueron duras de digerir, me hicieron dudar de lo que había logrado en tan poco tiempo, además de que mi autoestima estaba en el suelo por razones obvias, pero decidí no dejar que el miedo al fracaso me detuviera y sacar lo mejor de la situación. Me enfoque en mejorar y no quedarme estancada.
Estoy orgullosa de mí misma porque lo hice con mi propio esfuerzo, tuve que trabajar duro para poder cumplir mis sueños y lo logré. Lo hice. Nunca me atreví a tocar un centavo de la herencia que pasó a mis manos hace tres años y quizá sufrí mucho más de lo que podría haber sufrido si hubiera utilizado ese dinero, pero no lo hice porque estaba siendo testaruda.
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No Me Sueltes (+18) [En proceso]
RomanceDemonios que someten: Segundo libro Han pasado tres años desde que Camille decidió irse de Seattle, dejando atrás todo lo que la atormentaba y la hacía sufrir con el único propósito de repararse a sí misma y alejarse de la persona que más daño le h...