El sol se estaba ocultando tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras mientras Thalion exploraba los jardines de The Arbor. El aire salado del mar le traía recuerdos de su hogar, pero estaba decidido a forjar un nuevo destino para la Casa Graegoris en Westeros. Fue entonces cuando su mirada se posó en una joven de cabellos dorados que entrenaba con una espada de madera. Su gracia y determinación lo cautivaron de inmediato.—¿Quién es esa? —preguntó Thalion a uno de los guardias de la Casa Redwyne que pasaba.
—Es Desmera Redwyne, la única hija del Lord. Tiene dieciocho años y siempre ha querido aprender a luchar —respondió el guardia, asintiendo con respeto hacia la joven.
Thalion sintió una mezcla de admiración y deseo por conocerla. Se acercó, observando cómo sus movimientos eran firmes, aunque algo imprecisos. Era evidente que no había tenido mucha instrucción, pero la pasión en su mirada lo cautivó. Decidido a ayudarla, se acercó y se presentó.
—Soy Thalion de la Casa Graegoris. Veo que entrenas con dedicación.
Desmera se detuvo, sorprendida por la presencia de un extraño. Sus ojos brillaron de curiosidad al ver su vestimenta y la insignia de su casa.
—Es un placer, Thalion. Estoy tratando de aprender a luchar —dijo, sonrojándose un poco—. Quiero demostrar que no soy solo una damisela.
—Eso es admirable. Me gustaría ofrecerte mi ayuda —respondió Thalion con una sonrisa—. No solo aprenderás a pelear, sino que tus hermanos dejarán de burlarse de ti.
Desmera sonrió, agradecida. Así comenzó su entrenamiento. Thalion la enseñó a manejar la espada, su paciencia y habilidad contrastando con la impaciencia de ella. Día tras día, ella mejoraba, y cada golpe de la espada resonaba en el jardín como un pacto silencioso entre ellos.
Sin embargo, no todos en The Arbor apreciaban la conexión que estaban formando. Un día, mientras entrenaban, el hermano de Desmera, un joven llamado Horas, se acercó con una mueca burlona.
—¿Y qué es esto? ¿De verdad crees puedes enseñarle a una Redwyne a pelear? Con ese nombre, deberías quedarte en tu rincón, bastardo Targaryen —dijo Talan, riendo a carcajadas.
Thalion sintió una punzada de ira, pero decidió no dejar que las palabras de Horas lo afectaran. Sin embargo, la burla resonó en el aire, y Desmera lo miró, sus ojos llenos de preocupación.
—No le prestes atención, Thalion. No sabe de lo que habla —dijo ella, intentando calmar la situación.
Pero Horas no se detuvo. Se acercó más, buscando provocarlo. Thalion, viendo la oportunidad de demostrar su valía y defender su honor, aceptó el desafío.
—Si quieres una pelea, entonces que sea —respondió Thalion, con una firmeza que sorprendió a Desmera.
Los dos jóvenes se dirigieron a un claro cercano, donde otros miembros de la Casa Redwyne se reunieron para presenciar el enfrentamiento. Desmera se quedó atrás, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba a Thalion y su hermano.
La lucha comenzó, y aunque Horas tenía más experiencia, Thalion se movía con una gracia y determinación inquebrantables. Los golpes de espada resonaban en el aire, y el público se mantenía en tensión. Con una serie de movimientos rápidos y precisos, Thalion finalmente desarmó a Horas, quien cayó al suelo, sorprendido y humillado.
La multitud vitoreó, y Desmera sintió un alivio inmenso al ver a Thalion victorioso. Sin embargo, el Lord Redwyne, atraído por el alboroto, llegó en el momento justo.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, su mirada fija en Talan y Thalion.
Thalion se adelantó, manteniendo la compostura. Con respeto, explicó la situación.
—Mi Lord, su hijo me ha llamado bastardo Targaryen. Me he visto obligado a defender mi honor y el de mi casa.
El rostro del Lord se tornó serio, y miró a Horas con desaprobación.
—No deberías insultar a quienes vienen en paz —dijo el Lord, y luego se volvió hacia Thalion—. Agradezco tu comportamiento honorable, joven Graegoris. La Casa Redwyne respeta a aquellos que luchan con honor.
Thalion asintió, sintiendo una mezcla de orgullo y alivio. Cuando el Lord se retiró, Desmera se acercó a Thalion, su rostro iluminado por una sonrisa.
—Has sido increíble —dijo, admirada—. No solo en la pelea, sino también al enfrentar a Horas.
—Gracias, Desmera. Pero esto no es solo sobre pelear. Es sobre encontrar tu propio camino y demostrar que puedes ser más de lo que otros esperan —respondió Thalion, sus ojos encontrándose con los de ella.
Con el tiempo, su relación se fortaleció, y entre entrenamientos y risas, el amor comenzó a florecer. Desmera, bajo la tutela de Thalion, no solo se convirtió en una guerrera, sino también en una compañera leal. Juntos, estaban listos para enfrentar lo que el futuro les deparara en un mundo lleno de conflictos y alianzas por forjar.
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Hijos del Fuego y de la Sombra
FanfictionTras la caída de Valyria, los Targaryen se erigen como los últimos señores de dragones. Sin embargo, en las sombras de la historia, una casa valyria desconocida resurge, reclamando su lugar y su legado. Con dragones olvidados y secretos ancestrales...