Capitulo 48: La Ultima Ithilqar

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La sala donde Aelyria reposaba permanecía en silencio, salvo por el murmullo distante de las olas golpeando contra las rocas de Rocadragón. Daenerys, Thalion y el resto del consejo observaban cómo su cuerpo débil se movía apenas, atrapada en su propio mundo de sueños y sombras. La habitación estaba impregnada por un aire pesado, lleno de incertidumbre.

Daenerys no pudo evitar fijar sus ojos en Aelyria. Nunca había sentido una conexión tan intensa con otra persona fuera de su propia sangre, pero Aelyria era diferente. Las palabras de Thalion resonaban en su mente: "fuego y sombra", "mujeres bendecidas". Era una mezcla de respeto y curiosidad lo que sentía por la regente de los Graegoris. Había algo en su presencia, en la historia que llevaba consigo, que le recordaba a las leyendas más antiguas de su propio linaje. La historia de Valyria corría por ambas venas, pero las cicatrices de las sombras parecían haber marcado más profundamente a Aelyria.

Thalion, quien había permanecido estoico junto a su hermana inconsciente, notó la intensidad en la mirada de Daenerys. Decidió romper el silencio.

—Hay más que debes saber, Daenerys —dijo con tono grave—. La historia de mi hermana no es solo la de una guerrera. En Essos, en las tierras más allá de las Montañas Rojas, se cuentan muchas leyendas sobre aquellos bendecidos por las sombras. Algunas de esas historias incluso mencionan un poder antiguo, ligado a la misma esencia de la magia que construyó Valyria.

Daenerys se giró hacia él, con las cejas ligeramente fruncidas. —¿Poder? ¿Qué clase de poder?

Thalion suspiró, como si debatiera internamente cuánta información debía revelar.

—Los Graegoris no solo son descendientes de Valyria, como lo somos los Targaryen. También estamos ligados a Asshai, un lugar envuelto en misterios que ni siquiera los más sabios comprenden del todo. Aelyria ha heredado más que solo nuestra sangre. Ha heredado una antigua conexión con lo que llamamos 'la Sombra'. No es algo que podamos explicar fácilmente, ni controlar del todo. Pero lo que sé con certeza es que su destino está profundamente entrelazado con fuerzas que van más allá de la comprensión de cualquier hombre o mujer de Westeros.

Daenerys lo observó por un momento, procesando la revelación. Sabía de la existencia de Asshai, pero nunca había comprendido del todo lo que allí sucedía, ni los peligros o secretos que escondía ese lugar maldito. Y ahora, empezaba a darse cuenta de que el vínculo entre Aelyria y su propia familia era mucho más profundo de lo que había imaginado.

—Dijiste que hay más —insistió Daenerys—. Si estamos en esta guerra juntos, necesito entender todo lo que puedas contarme.

Thalion asintió lentamente, consciente de que las palabras que estaba por pronunciar no serían fáciles de asimilar.

—Existe una leyenda en nuestra familia, una leyenda que no muchos fuera de nuestros muros conocen. Habla de las mujeres de nuestra casa que nacen con rasgos diferentes... como Aelyria. Los antiguos escritos dicen que esas mujeres están marcadas no solo por los dioses de Valyria, sino también por los dioses de las sombras en Asshai. Las llamaban "Ithilqar", lo que en nuestro idioma antiguo significa "portadoras del equilibrio". Ellas tienen la capacidad de caminar entre dos mundos: el de los vivos y el de las sombras.

Daenerys lo miró con incredulidad, aunque en el fondo, sabía que había algo en esas palabras que resonaba con lo que había visto en los ojos de Aelyria. Algo más profundo que la magia de los dragones. Un poder más antiguo y más oscuro.

—¿Qué significa eso para ella? —preguntó Daenerys—. ¿Está en peligro?

Thalion negó con la cabeza. —No es que esté en peligro... al menos no como lo entiendes. Las "Ithilqar" son difíciles de matar. Su conexión con la sombra las hace casi inmortales, pero también las ata a su destino. No pueden escapar de él, y ese destino siempre implica luchar contra las fuerzas que amenazan el equilibrio del mundo. Aelyria, en su interior, sabe lo que debe hacer. Sabe que su deber no es solo con los vivos, sino también con las sombras que intentan romper el equilibrio.

Daenerys dio un paso hacia la cama donde Aelyria yacía, todavía murmurando su nombre. Podía sentir la conexión, pero también sentía el peso de una responsabilidad que quizás nunca había pedido. Era la reina de los dragones, pero ahora comprendía que Aelyria representaba algo más, algo que estaba entrelazado con su propio destino.

—¿Y cómo explicas lo que sucedió con Drogon? —preguntó finalmente—. Mi dragón nunca se ha comportado de esa manera con nadie más.

Thalion esbozó una leve sonrisa, casi imperceptible.

—Eso es parte del misterio que rodea a Aelyria. No solo es capaz de caminar entre las sombras, sino que también tiene una conexión única con los dragones. En Asshai, los dragones no son criaturas vivientes, sino sombras que toman la forma del fuego. Aelyria, como regente de esas tierras, entiende y respeta esa dualidad. Drogon la encontró porque ambos están ligados por algo más profundo que la lealtad o el respeto. Es posible que, en el fondo, Drogon sepa lo que Aelyria representa: una protectora del equilibrio, una guardiana de las sombras y el fuego.

Daenerys sintió un escalofrío recorrerle la columna. No sabía si debía sentirse aliviada o más inquieta por lo que estaba escuchando. Aelyria no era simplemente una guerrera o una reina extranjera. Era algo más. Algo que ni siquiera los Targaryen, con su largo linaje, habían podido comprender del todo.

Mientras contemplaba a la mujer que yacía en la cama, Daenerys se dio cuenta de que Aelyria representaba un tipo de poder que no podía controlar. Un poder que caminaba a la par con el suyo, pero que pertenecía a un mundo mucho más oscuro.

En ese momento, Aelyria murmuró su nombre una vez más, apenas audible, pero lo suficiente para que ambos, Thalion y Daenerys, lo escucharan.

—Daenerys...

El murmullo la hizo girarse bruscamente hacia Thalion.

—¿Cómo puede saberlo? —preguntó, con una mezcla de desconcierto y preocupación—. ¿Cómo puede soñar conmigo de esa manera?

Thalion la observó detenidamente.

—La conexión entre ustedes es más profunda de lo que parece. Ambas llevan el fuego de Valyria en sus venas, pero Aelyria... ella tiene una conexión con los antiguos poderes que escapan a nuestra comprensión. Puede ver lo que otros no ven, y quizás, en su inconsciencia, está buscando respuestas en ti, como tú en ella.

Daenerys dejó que esas palabras flotaran en el aire por un momento antes de responder.

—Cuando despierte, tendré que hablar con ella. Debemos entender qué significa todo esto para lo que viene.

Thalion asintió. —Así es. El fuego y la sombra siempre han caminado juntos, pero no siempre en armonía. Ahora es momento de decidir si esa alianza será suficiente para lo que se avecina.

Y con eso, ambos se quedaron en silencio, esperando el momento en que Aelyria, la portadora de fuego y sombra, despertara y enfrentara su destino.

Hijos del Fuego y de la SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora