Historias variadas de Daryl Dixon y tu, algunas historias basadas en la serie, y otras totalmente random.
Habrán historias de capítulos cortos y otros con continuación.
Actualización diaria.
No se aceptan adaptaciones.
Doy crédito y derecho de au...
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Daryl no entendía como era que podías pasar horas leyendo aquellos libros donde solo habían letras. Tenía su ceño fruncido, mientras estaba recargado en una de las camionetas estacionadas afuera de la casa de Hershel.
Sientes una mirada pesada y levantas la cabeza, y entonces le vez allí parado, de brazos y piernas cruzadas, viéndote fijamente.
Ladeas un poco tu cabeza extrañada, pero regresas a tu lectura.
— ¿Se te perdió algo Dixon? — preguntas en voz alta.
El castaño sigue en silencio, observando que aún no soltabas el libro.
— ¿No te aburre? —
— ¿Qué cosa? — ahora si dejas de leer para ponerle atención a él.
Daryl apunta tu libro con la cabeza, sigues sin entender de que hablaba.
— ¿De leer...? — intentas adivinar.
— Si —
Sonríes con gracia y niegas.
— Es lo más divertido que se puede hacer en estos días, y más cuando tienes el tobillo lastimado —
Daryl mira a otro lado, y juega con sus manos, sintiéndose un poco, pero solo un poco culpable, pero sonríe. Achicas tus ojos y le miras sonriente.
— Tu fuiste la bruta que metió su pie mientras acomodaba mi motocicleta— trato de excusarse.
— ¡Hey! Si bien recuerdo, yo estaba sentada y tu fuiste el que la dejó caer sobre sobre mi — alzas tu ceja aun riendo.
El castaño bufa, y se miran. El intentaba no reírse, mientras tu ya lo hacías. Daryl patea una piedra que estaba frente a él y esta rueda en tu dirección.
— ¿Quieres intentar? — ofreces un libro pequeño que tienes a tu lado, el arruga su nariz. — Dale una oportunidad, si no te gusta lo dejas —
Daryl se lo piensa, y se acerca a ti, como estabas dentro de tu casa de campaña, te haces a un lado para que el entre. Una vez que está allí, acostado, porque de ninguna manera leería sentado como tú, le sonríes y le das el libro.
— Empieza con este —
Lo toma despacio, y lo mira detenidamente, le da la vuelta para leer de que trataba y arruga su nariz. Lo abre rápidamente para darle una ojeada y frunce su ceño.
— ¿Qué, no tiene dibujo? —
Ríes.
— No Dixon, si quieres uno con dibujos puedes agarrar un cómic de Carl —
— Eres rara _______, hasta Carl sabe que los dibujos son más entretenidos — bufa y lo abre en la primera hoja, aún con su ceño fruncido. Sonríes de lado y te vuelves a acomodar como estabas antes.
No pasaron ni 15 minutos cuando un leve ronquido te hizo voltear a verlo. El hombre que estaba a tu lado dormía, y solo pudiste negar sonriendo ligeramente. Daryl tenía el libro abierto sobre su rostro, y un brazo bajo su cabeza.
Definitivamente no le había gustado leer.
Muerdes tu labio y estiras tu mano para tomar el libro y quitarlo de la cara, si bien era una imagen muy graciosa y tierna, no querías que el libro lo humedeciese con su sudor, y más porque el libro te lo había prestado Andrea.
Ver a los hombres del grupo dormir a tu alrededor era algo que normalmente veías cuando se turnaban sus rondas para vigilar el campamento, pero ver a Daryl era algo nuevo, jamás dormía frente a ustedes, y si lo hacía, lo hacía cuando nadie le veía.
Le miras un rato más, perdida en su rostro, y por primera vez desde que le conoces, sientes un remolino en tu estómago. Te empezaba a gustar Daryl Dixon.
Y con aquel pensamiento regresaste a tu libro, pero sin realmente leerlo, pues mirabas de reojo al hombre cada que podías, y sonreías por tener el privilegio de verle dormir a tu lado.
