Historias variadas de Daryl Dixon y tu, algunas historias basadas en la serie, y otras totalmente random.
Habrán historias de capítulos cortos y otros con continuación.
Actualización diaria.
No se aceptan adaptaciones.
Doy crédito y derecho de au...
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Tenías una no sana obsesión con los brazos de Daryl Dixon.
Él lo sabía, tú lo sabías.
Daryl siempre te atrapaba mirando sus musculosos brazos, y no sentías vergüenza por ello, pues en el fondo, muy en tu interior, sabías que al hombre le gustaba estar dentro de tu cabeza.
Y también dentro de ti.
— ¿Me estás escuchando ________? —
— ¿Eh? — giras tu cabeza, ganándote un bufido por parte de Beth, quien parecía que te estaba entregando a Judith.
— Que cuides de Judith por un momento, necesito ir a cambiar mi blusa, me lleno de vomito de nuevo —
— Ah — es todo lo que dices, y tomas en brazos a la pequeña niña. — Hueles a leche rancia —
Beth rueda los ojos, pero ríe, yéndose a su celda para un nuevo cambio de ropa. Le haces caras graciosas a Judith y ella ríe, tocando tus mejillas, volviendo a reír cuando haces un sonido gracioso con la boca.
— ¿Por qué le haces caras como las que me haces a mi cuando estamos follando? — pegas un brinco asustada cuando Daryl te susurra aquello cerca de la oreja. Te pones colorada y le volteas a ver.
— Yo no hago esas caras — murmuras, mirando que no estuviese nadie cerca, y agradecías que Judith solo tuviese 9 meses y no entendiera nada.
Daryl ríe y te deja en beso en la mejilla, uno húmedo y caliente.
— Beth te pidió tres veces que cuidaras de la pequeña destructora, y tu solo me mirabas —
Sonríes de lado, y descaradamente se los vuelves a ver, pasando tu lengua sobre tus labios, haciendo que Daryl se acomodará el pantalón rápidamente frente a ti.
— No hagas eso, maldita sea — murmura sentándose frente a ti y mirándote fijamente, a lo que sonríes y vuelves a barrerlo de arriba a abajo, y deteniéndote en aquella gran erección que estaba a la vista. — _______... —
Te acercas a él y dejas un pico en sus labios, siendo este lento, y luego pasando tu lengua por sus labios.
— Hoy te ves realmente sexy, Dixon —
Daryl aprieta la mandíbula, y está por acorralarte contra la mesa, pero Judith ríe entretenida con la trenza que colgaba de tu lado izquierdo. Sonríes cuando te das cuenta de que Daryl no puede hacer nada teniendo a la pequeña en medio de ustedes, por lo que bufa frustrado y gira, de manera que queda de frente a la mesa cuando escuchan a Beth acercarse, quien tarareaba una canción.
— No cantes victoria — susurra Daryl mientras agarra una manzana que estaba en el centro de la mesa.
Sonríes sabiendo que significaba eso.
Sexo rudo con Brazos Dixon.
— Gracias _______ — Beth toma a Judith y sonríe cuando ve a Daryl. — Hey Daryl, mi papá te estaba buscando esta mañana para que... —
