Historias variadas de Daryl Dixon y tu, algunas historias basadas en la serie, y otras totalmente random.
Habrán historias de capítulos cortos y otros con continuación.
Actualización diaria.
No se aceptan adaptaciones.
Doy crédito y derecho de au...
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Le doy un trago a mi taza de chocolate caliente para tratar de entrar en calor, la noche estaba muy fría, y me negaba a entrar a la silenciosa y vacía casa. Daryl se había ido hace casi un mes a buscar a nuestros amigos, y lo que se supone sería una semana, se había extendido al mes.
Suspiro desanimada, el cielo se había oscurecido, y solo tenía la compañía del viento que movía los árboles despacio, haciendo sombras sin dejarme saber si solo de trataban de estos mismos, o caminantes. De cierto modo estaba más tranquila, ya que durante todo el mes no había tenido ningún inconveniente con esos muertos.
Pongo la taza a mi lado y me tapo con el cobertor que había sacado conmigo, me encontraba sentada sobre el techo de la casa de Hershel, la vista no cambiaba mucho desde arriba, pero me hacía sentir segura. La luz de la lámpara de aceite alumbraba una buena distancia desde la ventana hasta donde estaba yo.
En estas noches cuando me sentía sola, siempre tenía un libro conmigo, y aunque aquí no habían muchas opciones, me entretenía con ellos, después de todo no había mucho que hacer.
Salía a correr por las mañanas por una hora, solo le daba vueltas a la propiedad y después regresaba, me daba un baño, lavaba mi ropa, limpiaba un rato cuando empezaba a ver polvo, comía, leía y así constantemente.
Intento leer un par de capítulos, pero no lograba concentrarme, siempre terminaba pensando en lo mismo.
¿Daryl estaría bien? ¿Estaría en peligro?
Masajeo mi cabeza un rato, darle vueltas a esas preguntas de cierta manera me atormentaban.
— Prométeme que no te alejarás más allá de el granero _______ — Daryl toma mi rostro en sus manos, y me mira con angustia.
Asiento, tomo una de sus manos y la beso.
— Solo saldré cuando necesite huevos para el desayuno — sonrío tratando de tranquilizarle.
Después de pasar unos días estupendos, habíamos platicado sobre lo que pasaría ahora, por mucho que estuviéramos disfrutando estar juntos y solos, necesitábamos traer de vuelta a nuestra familia, no podíamos abandonarles. Daryl y yo habíamos decidido que lo mejor sería que yo me quedara aquí en casa, ya que el tendría que estar al pendiente de mi en todo momento y no podría concentrarse en hallarlos.
Daryl me mira no muy convencido por la decisión que habíamos tomado, y después de aquella noche que había sufrido el ataque de pánico, Daryl básicamente se la pasaba sobre mi.
Por supuesto, sabía que en cuanto el se fuese probablemente sufriría uno, pero quería demostrarle que también me valía por mi misma. Que podía volver a ser aquella chica que no le temía a nada cuando vivíamos en prisión y salía a expediciones por diversión.
Sonrío y me acerco a él, besándole, dejándole saber que no debía de preocuparse por mi.
— Yo voy a estar bien aquí — susurras para ambos. — Pero necesito saber que tú estarás bien allá afuera Daryl —
